Homenaje (merecido) a Ham, el astrochimpa.

Parece que toda la gloria se la llevó la infortunada perrita Laika, primer ser vivo en el espacio (también, primer ser ex-vivo, si se me permite un poco de humor negro). Todo en aras de la ciencia y la muy soviética madre Rusia.

El "born in the USA" de Ham, en cambio, salvó su pellejo peludo de chimpancé al teminar su paseo espacial. Tras un entrenamiento previo, en el que le enseñaron a pulsar botones como respuesta a estímulos determinados de luz o sonido (o sea, lo que hoy muchos adolescentes llaman ocio), Ham fue lanzado al espacio el 31 de Enero de 1961. Su vuelo, en el que realizó sus monerías ensayadas con fines experimentales, duró casi 17 minutos. A la vuelta, y tras el pertinente y brusco pepinazo de la nave contra el Atlántico, le esperaba una pre-jubilación que le llevó a diversos parques zoológicos de Estados Unidos (en uno hasta se echó novia el picarón). Trepó al cielo de los monos en 1983 y su tumba de puede visitar en el Museo de Historia Espacial de Alamogordo (asi, to junto), Nuevo Mexico, Estados Unidos, Planeta Tierra, Sistema Solar, Vía Láctea (doy la dirección completa para mis lectores del sistema Alderaan, donde hay tantos y tantos fans del bueno de Ham).

Ham, demostrando que el heroísmo aero-espacial no está reñido con ser un pedazo de cachondo mental.