Metiéndome donde no me llaman...

...y dando consejos a quien no me los ha pedido, cosas que detesto hacer. Dicho lo cual, creo que no sería mala idea que ciertas personas se presentaran -de incógnito, como mandan los cánones- en un colegio un lunes cualquiera. Y...

...Que los expertos en educación escucharan las preguntas que ciertos alumnos hacen. Tanto las muy inteligentes como las que son de Premio Nobel del Absurdo.

...Que los obispos sufrieran en sus carnes las Eucaristías en que heroicos sacerdotes "de campo" y profesores combaten cuerpo a cuerpo con la desgana y el pasotismo de muchos alumnos (bautizados).

...Que los que venden veneno legal (solo o con hielo) vieran a niños y niñas (otro nombre no pueden tener un ser humano de 13 años) con los efectos secundarios de su producto tatuados en la cara.

...Que los magnates de la comunicación vieran lo que están comunicando a nuestra juventud.

...Que los políticos hicieran más política, y dejaran la educación a los educadores.

Pero bueno, todo esto es meterme donde nadie me ha llamado, como ya dije.

Me apuesto lo que quiera y donde quiera que el adolescente medio español sabe muchos más nombres de actrices de cine para adultos que de escritores en lengua castellana.