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sábado, 31 de julio de 2010

La Grandiosa Dignidad de Ser Don Nadie Jackson.

Es agradable no ser un líder de nada ni de nadie, me permite roncar a gusto por las noches.

Seguro que dormiría mucho peor si, en esos segundos de intimidad y verdad con la almohada de justo antes de doblar frito, fuera consciente de que he mentido a otros y me he traicionado a mí mismo.

Eso pasa cuando uno adquiere la capacidad de cambiar las cosas, que, por algún mal truco de magia, el único que cambias eres tú. Y tendrás la desfachatez de decir que has evolucionado, que aquel idealismo de la juventud era ingenuo e insostenible.

Yo, para mi felicidad, echo la mirada atrás y, honradamente, creo que -parafraseando al poeta- puedo afirmar que hace casi 18 años que tengo 18 años.

Sin duda, porque nadie se ha tomado la molestia de hacerme cambiar. No les merece la pena.

El Poder -de cualquier especie, ese que no tengo- se apodera de ti, y te vuelves una marioneta suya. Y, de paso, un gilipollas de mucho cuidado.

viernes, 30 de julio de 2010

Pretenciosa Tragedia en 3 Cuadros (y III).

Cuadro 3

(Los jóvenes siguen tirados en el suelo. Suena un pitido).

2-¿Es el tuyo?

1-Sí. A ver qué quieren ahora. Meses sin dar señales de vida y me tienen que llamar precisamente en mitad de la siesta.

2-¡Si es que vaya bando el tuyo!

(1 saca un walkie-talkie y se pone a hablar).

1-Aquí punto Sierra Mike Papa...Sí...sí...vale, muy bien...Corto y cierro.

2-¿Qué querían?

1-Nada, que hemos entrado en guerra. Que me han dicho que te lo comunique a ti también, por si acaso los de tu bando no caen en llamarte.

2-Hombre, pues muy amable. Y, ¿qué hacemos ahora?

1-Pues lo que se hace en estos casos: yo intentar invadir tu territorio, y tú lo propio.

2-Así, sin más.

1-Hombre, a mí me parece que antes nos deberíamos despedir, por si acaso nos matamos entre nosotros.

2-Sí, me parece razonable. Pues nada, un placer.

1-Lo mismo digo. ¡A ver qué pasa con la guerra esta!

2-¿Y ahora?

1-Pues nos pasamos cada uno a nuestro lado y empezamos a luchar.

2-¿A la de tres?

1-Eso es. Contamos hasta tres y empezamos.

2-O también...

1-¿También qué?

2-Que uno se podía rendir y así nos ahorrábamos todo esto...¡Si quieres me rindo yo, que a mí me da igual!

1-¡No me seas cobardica, hombre! ¡Lucha como un soldado que eres!

2-¡Si te empeñas!

1-¡Claro, hombre, y alegra esa cara!

2-¡Es que yo no quiero morir!

1-¡Joder, ni yo, ni nadie! ¡Pero la guerra es la guerra!

2-¡Pues déjame que me rinda! ¡Total, por un cacho de tierra de mierda!

1-¡Vamos, vamos, valor y entereza! ¡A la de tres!

2-¡Pero es que todo esto es absurdo!

1-¡A la de tres, coño!

2-Pero...

1-¡Una, dos y...tres!

(se apaga la luz. Se oye un disparo).

Fin del cuadro 3 y de la obra.

jueves, 29 de julio de 2010

Pretenciosa Tragedia en 3 Cuadros (II).

Cuadro 2

(Los dos jóvenes están repanchingados en el suelo, tumbados sobre la línea de tiza).

1-¿A ti cuándo te vienen a relevar?

2-¿A qué día estamos?

1-Ni idea. El reloj se me ha parado. Pero creo que debe ser 30 o así.

2-¿Cuánto hace que se te paró?

1-No sé, igual una semana. Esta mañana lo fui a mirar por curiosidad y ya no iba.

2-¡Llevabas una semana sin mirar la hora!

1-¡O más! Uno mira al reloj cuando tiene horarios que cumplir, pero nosotros...Dormimos cuando tenemos sueños, comemos cuando tenemos hambre...

2-Tienes razón. Ahora me alegro de habérmelo dejado en el cuartel.

1-¡Te vas a reír, pero yo estoy de lo más feliz aquí! ¡Hago lo que me da la gana y no tengo ninguna obligación!

2-¡Igual me pasa a mí!

1-¡Yo creo que se han olvidado de nosotros!

2-Eso parece.

1-¡Pues que les zurzan!

(Los dos se ríen a carcajadas).

Fin del Cuadro 2.

miércoles, 28 de julio de 2010

Pretenciosa Tragedia en 3 Cuadros (I).

Cuadro I

(Escenario desnudo, salvo una línea de tiza pintada en el suelo, que lo divide en dos. Si el público no la ve, que el director se busque la vida. Entra por la izquierda un joven y llega hasta la línea, se la queda mirando unos segundos y la pisa, pero de inmediato retira el pie, como si le hubiera dado calambre. Suspira, se encoje de hombros y se sienta en el suelo, a unos 50 centímetros de la línea, y se pone a silbar mirando al techo. A los pocos segundos, entra otro joven por la derecha. El joven de la izquierda de inmediato le clava la mirada. Ambos se quedan observándose con recelo. Poco a poco, el recién llegado se aproxima a la línea sin perder de vista a su contrincante, y cuando está a unos 20 centímetros, el otro se levanta de un salto. Ambos se sitúan en posición de combate, pero ninguno parece decidido a atacar. Se produce un intensísimo juego de miradas. Mala suerte para los espectadores que están lejos, porque se lo están perdiendo. Esto dura hasta que las toses del público son ya exageradas e incluso hay que quien hace ademán de largarse. Si el público es muy pedante, puede que el juego de miradas se tenga que prolongar por más de media hora, así que es conveniente prevenir a los actores. En cualquier caso, después de ese largo rato, habrá una espontánea y cerrada ovación -con sus correspondiente gritos de "genial, genial"-, es el momento de proseguir. Ambos actores, todavía con el recelo en los ojos, se sientan poco a poco y se quedan mirándose).

Fin del Cuadro I.

martes, 27 de julio de 2010

El "Storm Trooper"...¿Nace o Se Hace?

Sinceramente, nunca supe si eran robots o tenían a un tío metido dentro (en la ficción, me refiero. En el rodaje ya me figuro que habría un pedazo de extra dentro). Me refiero a los "storm troopers", los soldados malos de blanco de la Guerra de las Galaxias (y sus afluentes).

Ahora me confirman que hay soldado de carne y hueso imperial en su interior, lo cual que conduce por el carril del centro a la siguiente duda: ¿cómo termina uno currando ahí?

¿Hay un profundo sentimiento de lealtad al Emperador y sus Darths, o es porque la cosa está muy achuchada y algo hay que hacer?

¿Existe una Academia General de Storm Troopers, con sus sargentos sádicos y sus bailes de gala? O, por contra, un par de semanitas de instrucción haciendo el cabra por el campo (de asteroides) y ya te dan la armadura.

¿Es dura la oposición? ¿Hay complejos problemas de Física donde te piden pasar de años-luz a semanas-sonido (sin calculadora)?

Y, lo más importante, ¿hay jubilación, pensión, "Asilo del Storm Trooper" a pocos metros de la playa?

Porque, admitirán, eso de estar todo el día persiguiendo a Han-Solo es de lo más sacrificado...

¿Este será bajo en grasa? ¡Que esta armadura tan ceñidita no perdona!

lunes, 26 de julio de 2010

Cariño, ¿Qué Hace un Cuarteto de Cuerda en Mi Cama?

Los "cuernos" engrasan la compleja maquinaria del cotilleo español. Pocas cosas parecen interesarnos más que las entradas y salidas de alcoba (clandestinas) del prójimo.

Sí, es el "chisme supremo": "Fulanita se los está poniendo a Menganito con Zutano, lo sé de muy buena tinta".

Mas, ¿de dónde el origen de la expresión?

Pues, como con todas estas cosas, si uno investiga se topa con múltiples explicaciones, con diferentes tonos de credibilidad.

A mí me han gustado especialmente estas dos:

En la Edad Media, cuando al señor le daba por ejercer el derecho de pernada, permitía al pobre maridito cazar en sus tierras "mientras que", y quedarse con la carne (para que el pobre hombre sacará algo en claro de todo aquello). Así que el particular volvía a casa con sus buenos cuernos (los del animal que traía a hombros).

Por otro lado, dicen las crónicas que en el siglo XVI español, cuando se descubría que un marido consentía la infidelidad de su mujer, se le paseaba por todo el pueblo a lomos de un asno y con unos cuernos colocados sobre la cabeza, para burlarse de su falta de agresividad.

Probablemente no son el origen preciso de la expresión, para me han parecido curiosas.

domingo, 25 de julio de 2010

¡Empuja, Macho, Empuja! (Pardo's Push).

La realidad y su fantástica costumbre de superar a la ficción.

Y es que esto de hoy, si lo ve en una película, no se lo cree. Pero fue real como la Guerra misma.

10 de Marzo de 1967. Los americanos siguen bombardeando Vietnam. En una de esas misiones, el aparato del capitán Earl Aman es alcanzado por la artillería anti-aérea. Y bien alcanzado, porque le agujerea los tanques de combustible. La única solución, dado que no tiene carburante para llegar a tierra amiga, tirarse en paracaídas sobre territorio enemigo (mala suerte, chaval. Bienvenido al apasionante mundo de los prisioneros de guerra).

No tan deprisa. El capitán Bob Pardo, al corriente de la situación, sitúa su avión detrás del de Aman y le dice por radio "¡Baja el gancho de cola!". Aman hace lo propio y el gancho, ideado para agarrar un cable de la cubierta en los aterrizajes en portaaviones, sirve para que Pardo -literalmente- empuje el avión de su compañero.

Sí, gancho contra parte frontal de la cabina. Así de fácil y así de complicado. Durante más de 100 kilómetros.

De este modo, ambos consiguen llegar a un territorio menos hostil y saltar en paracaídas (el esfuerzo adicional había dejado al avión de Pardo también sin combustible).

De vuelta sanos y salvos a la base, después de ser rescatados por helicópteros, los jefazos no saben qué hacer con Pardo. Al fin y al cabo, su arriesgado proceder había hecho perder un avión que valía una pasta (gansa). Por tanto, habrá que hacerle un consejo de guerra. Pero, por otro lado, ha salvado a Aman y su copiloto de una captura cierta. Hombre, visto de ese modo...

Solución: bueno, vale, de acuerdo, pero que no se reputa este tipo de comportamiento alocado.

Que esto es una fuerza aérea respetable, así que nadie se haga el héroe para salvar a un compañero.

La cosa se dejo estar. Hasta que veinte años después, alguien tuvo un ataque agudo de sentido común y tanto Bob Pardo como su co-piloto (Steve Wayne) recibieron la Estrella de Plata.

Años después de aquella misión, Pardo posa junto a un cuadro inspirado por su hazaña. Compañerismo en vena al 100%.

sábado, 24 de julio de 2010

Un Torero de los de Antes de Antes.

(Parece de guasa, pero todo esto es real como la España misma y profunda).

El torero José Morales Mula, "Ostioncito", nació en las Islas Chafarinas (ignoro en cual de ellas) en 1883, aunque sus padres se trasladaron a Madrid a los pocos meses (con él, se entiende).

Nos comenta un biógrafo de la época que ya desde niño le da por frecuentar el ambiente de los toros "como todos los que están atacados por el microbio taurino" y, con apenas quince años, lo sorprende su padre en una capea en Valdemoro "salvándole de la paternal paliza el hoy matador Vicente Pastor, que escondió el capote de José para hacer creer que estaba allí como espectador".

(Me encanta el concepto de "paternal paliza").

Mata su primer toro a finales de ese año, utilizando "el estoque del bastón de un espectador".

(¡Releñe con el respetable de la época!)

El muchacho lo ve claro, se fuga a Valencia y entra a formar parte de la cuadrilla de "Gordet" y "Esparteret", para luego volver a Madrid como subalterno de "Cocherito".

(Con esos nombres, más que toreros parecen payasos).

Al poco se hace novillero, para luego llegar a ser matador de toros, tomando la alternativa en Miranda de Ebro de la mano del propio "Cocherito".

Murió en 1939.

viernes, 23 de julio de 2010

Lo Realmente Inteligente es Ser Listo.

La gente inteligente resuelve ecuaciones, la gente lista se da cuenta de que -por lo general- resolver una ecuación es una absoluta perdida de tiempo.

La gente inteligente busca un pase de gol, la gente lista tira a puerta.

La gente inteligente resuelve un problema, la gente lista lo evita.

La gente inteligente persigue respuestas, la gente lista no se hace preguntas.

La gente inteligente es muy difícil de engañar, la gente lista es imposible y, además, te engañarán ellos a ti.

La gente inteligente piensa, la gente lista vive.

Y, en suma, la gente inteligente siempre acaba trabajando para la gente lista.

jueves, 22 de julio de 2010

El Día que No Pasó Absolutamente Nada (Salvo el Tren a Bath de las 9:25, Supongo).

Dice la leyenda que el Viernes Santo de 1930, en su boletín nocturno, el locutor de la BBC se limitó a decir: "Hoy no ha habido noticias" y dio pasó a música de piano, que duró lo que normalmente el espacio informativo.

Sirva la anécdota (que, en otras versiones, dice que dio los resultados del fútbol antes de afirmar que eso había sido lo único de interés de todo el día), para constatar dos hechos:

Primero, que un día sin noticias tuvo que ser un buen día, por narices. (Recuerde que al "Viernes Santo" en inglés se le denomina "Good Friday").

Y segundo, y para mí más importante, que la inmensa necesidad de dar trabajo a todos los integrantes de la maquinaria de las noticias, hace que nos inunden de información intrascendente o, lo que es peor, prefabricada. Todo con tal de tener algo con que llenar el noticiario de treinta minutos.

Reflexione, ¿cuántas noticias en los últimos diez años han marcado una diferencia para usted? ¿Cuántas fue vital conocer?

Pocas, poquitas...

Y mientras, nos siguen inundando con ruedas de prensa en que realmente no se dice nada, agrios debates parlamentarios que no llevan a ningún sitio y los resultados de las elecciones generales en Malawi.

Demasiado información, demasiada poca reacción.

¿No cree?

miércoles, 21 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (y 16).

"Cuando Peabody tocó la puerta de la sala, le dije a voces a través de ella que yo me encargaba de suplirle en la preparación del cadáver, por lo que se podía ir a casa. Él, fiel a su estilo, se marchó sin más preguntas.

En silencio, ante la soga virgen de muerte donde todavía colgaba el saco, saqué de la bolsa que siempre me acompaña una carpeta y unos folios y comencé a escribir este relato que está usted ahora terminando de leer.

Es uno de tantos, y todos recogidas por escrito y escondidos para que nadie jamás los encuentre, o, mejor dicho, para que tarden mucho tiempo. Búsquelos, si es que siente curiosidad por conocer las verdades y las mentiras, la glorias y las miserias de la vida y la muerte tras los muros de una cárcel y fuera de ellos.

Hay unos cuantos, pero sólo le voy a dar una pista para llegar a uno de ellos, si lo encuentra, el le llevará al siguiente.

La pista es Horace Adria.

Y aquí me despido de usted, acaso para siempre o quizás hasta dentro de no mucho tiempo. Sea como fuere, gracias por leer mi historia y ayudarme a quitarme ese peso de encima. Haga con la información que le he revelado lo que su corazón y conciencia le dicten como más conveniente.

Suyo afectuoso

Woodchat Shrike".

No sabía qué milonga le iba a contar al gran experto en genealogía, ni me importaba mucho. Ahora lo único que me preocupaba era Horace Adria.

martes, 20 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (15).

"'En fin, jefe. ¿No cree que me merezco que me aclaren un poco todo esto? Ya me callo un montón de estiércol del Gobierno de su Graciosa Majestad, otra pala más al montón no hará que huela peor. O, por lo menos, que me suelten estos dos. Estar tan cerca de un tío que maneja los cuchillos como Knights me tiene bastante intranquilo'.

El director de la carcel me miró con severa resignación y ordeno con un gesto de cabeza que me soltaran.

'Muy bien, señor. Creo que, en efecto, no pasará nada por contarle un par de secretos, puesto que ya ha quedado demostrado que es usted persona de reputada discreción. ¿Hace usted los honores, Knights?'

El fornido policía miró al director con cara sorpresa y hasta hizo un amago de expresar su reticencia, pero el director lo atajó con un simple: 'Puede estar tranquilo, le reitero que este señor es de toda confianza'.

'Muy bien. De entrada, sepa que el tal Johnnie Pulley era un pájaro de cuenta, y no lo digo por lo malo que era como juez de línea. Llevaba años vendiéndole todo lo que le quisieran comprar a los comunistas. Pensaba que nadie sospecharía de él, el niño debilucho, simplón y pusilánime del gran Coronel Pulley. Y tenía razón, hasta que llegó un momento que se confió en exceso, como siempre pasa con estas cosas. ¿Sabía que hasta empezó a utilizar un código de señales para pasar información utilizando su banderín de juez de línea? ¡De locos! El caso es que cuando se confirmaron las sospechas, algunas mentes empezaron a pensar en el Coronel y la humillación que esto supondría para él. Si no había terminado de asimilar que su hijo no entrara en el ejército, saber que era un traidor... Así que se decidió tomar un camino alternativo".

¿Quién decidió? Era inútil preguntar. Sabía que iba a tener todos los verbos, pero ningún sujeto, como suele ser costumbre con este tipo de cosas. Lo único claro es que al Coronel lo querían mucho en algún sitio muy alto, quizás tanto como el mástil de un palacio.

'Así que, ya ve, un "pájaro de cuenta". Y no le llamo "hijo de puta" -que es lo que en verdad es- por el inmenso respeto que tengo por la esposa del Coronel. El caso es que lo organizamos todo. Lo primero era buscar a un alguien ficticio a quien cargarle el muerto -nunca mejor dicho-, así que nos inventamos a Mike O'Regan y para interpretarlo necesitábamos a un absoluto desconocido, por aquello de que nadie se oliera la mentira. Tiramos de Faustino, que es este señor tan majo al que usted le ha propinado una patada en la boca sin venir a cuento. Trabajó para nosotros como espía en Madrid cuando la Guerra, y lo sigue haciendo. Es gallego, que ya sabe que son primos-hermanos de los irlandeses, con lo que que de pinta daba el pego. Y para lo de hablar, en frases sueltas imita a la perfección el acento irlandés, aunque en una conversación se le nota que no es de allí. Ya sólo quedaba esperar a Johnnie a la salida del pub que frecuentaba y darle su merecido por todo el daño que había hecho, de lo que -como usted tan acertadamente ha deducido- me encargué en persona".

Definitivamente, el Coronel Pulley debía ser una persona muy especial, cuando alguien estaba dispuesto a matar por él con esa premeditación y esa saña.

"Luego, sólo quedaba que hubiera un juicio lo más discreto posible con un juez sanguinario y un abogado incompetente y pasota, una condena a muerte y una ejecución simulada -sin testigos ajenos al plan- que es lo que vamos a hacer dentro de un rato. Y ya está: hemos liquidado al cerdo de Johnnie Pulley causándole el mínimo daño a su padre".

Llamativo, que alguien piense que un padre prefiere perder a un hijo a saber que es un traidor a su patria. Y lo peor del caso es que, seguramente, estaba en lo cierto.

Puede que le resulte difícil creer que sea tan fácil que alguien sea condenado a muerte, que debe haber garantías legales que eviten que un plan tan rocambolesco funcione. A eso solo le puedo responder que admiro y envidio su inocencia.

'¿Y "El Califa"?'

'No está, no le llamamos. ¿Para que queríamos un verdugo si aquí no se va a colgar a nadie? Además, usted es el primero que sabe que nunca más lo va a hacer.'

Sentí una alegría inmensa e indescriptible, que convenientemente disimulé.

'En fin, señores. Ya son las nueve pasadas, podemos rematar la comedia. Usted, ya que está aquí, ¿por que no sé encarga de enterrar a Mike 0'Regan en el cementerio de la prisión? El agujero ya está hecho, sólo se trata de meter la caja vacía y tapar con tierra. El resto, esperen unos minutos y salgan con discreción en el coche de policía que les está esperando en el patio. En la puerta principal hay orden de dejarles salir sin tan siquiera hacerles parar. El papeleo es cosa mía".

lunes, 19 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (14).

"Me acerqué sigiloso a la puerta que da a la celda especial donde el condenado -acompañado de un par de guardias- intenta matar el tiempo hasta que llegue su hora, en un manifiesto acto de agresión injustificada, puesto que no será el tiempo el que le mate a él.

A través de la madera, se oían voces más distendidas de lo habitual. En realidad, es raro que en esa sala se oiga algo que no sea el silencio. Ese silencio incómodo que uno no saber donde mirar, y acaba repasando que tiene las uñas limpias o jugueteando con lo que sea.

¡Una carcajada!, ¿era posible?

Aparté el obstáculo que me impedía el paso lo bastante como para entrar en la celda. No sé quién se quedó más sorprendió, si ellos o yo.

¡Estaban jugándose el dinero a las cartas! Había tres hombres, cuyas caras no reconocí, pero si sus vestimentas.

De inmediata, los dos guardias se abalanzaron sobre mí. Sin duda, su formación militar los había preparado para reaccionar rápido ante lo inesperado, y sin hacer preguntas.

'¡Déjeme, Knights!'

Me dirigí a O'Regan, que contemplaba la escena con gesto de incredulidad.

'¿Quién eres en realidad?'

Él se limitó a seguir disfrutando del inesperado espectáculo de lucha, sin abrir la boca. Había llegado el momento de recurrir a medidas extremas, que uno también tiene su pasado militar. Pese a que me tenían cogido por los brazos, me lancé hacia delante con todas mis fuerzas, lo que me permitió ganar la distancia suficiente como para poder propinarle a O'Regan una patada en toda la boca, acaso más brutal de lo necesario, pero tenía que asegurarme de que surtía el efecto deseado.

O'Regan chilló, y dijo algo (me temo que sobre mí o mi madre), en un idioma que -desde luego- no era de las Islas Británicas.

'Vale, ¿qué está pasando? ¡Esta tío es menos irlandés que una corrida de toros y apuesto a que no entiende inglés bien! ¿Qué le trola le habéis contado para que esté tan tranquilo?'

'Siempre tan cotilla, señor'

Desde el umbral de la otra puerta de acceso, el director de la prisión -sin duda alertado por tanto jaleo- hizo su entrada triunfal. Siempre fue un sujeto un tanto dado a los excesos de teatralidad".

domingo, 18 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (13).

"Recapitulando, estaba solo -si exceptuamos un saco colgado inerte de una cuerda-, en completa oscuridad, en una sala que tiene dos accesos: uno a traves de una puerta con salida al cementerio de la prison y otro superior constituido por la trampilla fatal de la sala de ejecuciones.

Para usted o cualquiera, supongo que no resulta imaginable un lugar mas desagradable y siniestro: la sala donde el cuerpo de los reos queda colgando una hora -por absurda tradicion- y donde se le prepara para salir con destino al cementerio.

A mi no me hacia mucha gracia el sitio tampoco, pero ya estaba mas o menos acostumbrado.

Pero no habia tiempo que perder. A tientas, agarre la cuerda y comence a trepar. Me converti asi en un doble pionero: el primero que hacia aquel camino en sentido opuesto y el primero que iba a vivir para contarlo".

sábado, 17 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (12).

No podia esperar mas, me encerre en el primer lavabo que pude con el firme proposito de no parar de leer hasta el final.

"Bernie Peabody nunca hacia preguntas pero daba un monton de respuestas. Supongo que eso era lo que me gustaba de el.

Ignoro si tenia que ver con su negocio: enesima generacion de pompas funebres al servicio, entre otros, de la carcel de Pentonville. Unos clientes se van de la prision, otros se quedan porque no le importan a nadie, pero siempre hay que llevar ataud y hacerse cargo del cuerpo. Mike O'Regan, obviamente, se quedaba.

En esto ayudaba yo, no porque me gustara, sino porque era parte del trabajo. La mas desagradable, mas inquietante...Lo crea o no, casi lo peor. Casi.

De ahi venia mi buena relacion con Bernie, que eso tipo de cosas une mucho.

En resumen, que en la furgoneta de Peabody -escondido en el pauperrimo ataud destinado a Mike O'Regan- entre en la carcel de Pentonville, justo con el ultimo rayo de sol.

'Yo te meto, pero a ver como sales. Eso ya es cosa tuya', me dijo Peabody'

Si, aquello ya era cosa mia".

viernes, 16 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (11)

20 minutos para el aterrizaje. Suficiente para leer un poco.

"Su nombre, 'si', 'no', palabras sueltas y todas en balbuceo o entre dientes, y en voz bajita. Y mimica, mucha mimica. Ese habia sido Mike O'Regan durante el juicio que lo habia condenado a morir, segun confirmaban los recortes de prensa que repase esa tarde (yo archivaba ese tipo de cosas, aunque si al final la condena no era a muerte, las tiraba a la basura con tremenda satisfaccion).

Un sujeto al que nadie en todo el Reino Unido o su Irlanda natal parecia conocer...Se que suena absurdo en extremo, pero empece a barajar la posibilidad de que O'Regan fuera de cualquier otro sitio.

Cierto era que encajaba a la perfeccion con el prototipo del irlandes: pelirrojo, pecoso y de piel blanca, casi transparente.

Pero jamas conviene fiarse de las apariencias.

Mike O'Regan estaba enfadado con el mundo y no le apetecia hablar.

O quizas no.

Pienselo: nadie excepto O'Regan y el agente Knights -curtido veterano de guerra que habia servido a la ordenes del padre de la victima- habian estado presentes en el momento del crimen, que consistio en una cuchillada precisa y letal impropia de un pobre indigente malnutrido. O'Regan habia firmado una confesion en la comisaria, y durante el juicio se habia limitado a negar con la cabeza cuando le preguntaron si queria corregir o cambiar algo. Pero su abogado, su abogado si que debia haber hablado con el. Un abogado de oficio tambien desconocido.

Estaba todo claro, habia sido todo tan rapido, que habian condenado a la horca a un hombre sin casi hiciera falta hablar.

Y lo iban a colgar impidiendo la presencia de testigos habituales de otras ejecuciones.

Me estaba volviendo loco con todo aquello, y los hombres en ese estado solo pueden hacer locuras, que les cuesten su trabajo y puede que su libertad.

Tome mi abrigo y me fui en busca de la unica persona que podia ayudarme en aquel momento".

Abrochense los cinturones...

jueves, 15 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (10).

Imposible leer con este jolgorio, pero necesario.

"Mi hombre en Pentoville me telefoneo el domingo previo a la ejecucion para proponerme que fueramos juntos al futbol. Me sorprendio (otra sorpresa mas), porque normalmente alguien en su posicion esta de servicio todo el dia y la noche antes. Me respondio que para O'Regan el agente Knights se iba a hacer cargo de su trabajo. Que el policia que capturo al criminal este presente es muy de los americanos, pero no era costumbre por aqui. En fin, primero la Coca-Cola, y ahora eso. Colonialismo inverso.

La verdad es que yo estaba mas interesado en los preparativos que en el Arsenal-Aston Villa. Mi contacto tampoco tenia mucha informacion nueva que darme. Le pregunte si el condenado tenia alguna ultima voluntad, algo que se pudiera hacer por el. Me contesto que no, que habia negado con la cabeza, como siempre. 'No habla nada el tio, parece mudo. Solo dice 'si', 'no, y 'hola', y eso los dias que esta parlanchin' recalco.

En ese momento, McParland marco para el Villa, aunque el arbitro ya habia pitado el fuera de juego, por lo que nadie -excepto un minusculo caballero- canto gol. El tal sujeto, viendose solo en la celebracion, hizo un giro de 360 grados con la cabeza y solo se topo con sonrisas de superioridad. Sin terminar de comprender que habia pasado, se limito a ponerse colorado como una tarjeta roja. Estaba claro que era la primera vez que asistia a un partido de futbol y todavia se le escapaban las reglas

No obstante a mi aquello me dio que pensar".

A la primera cabezada, cese la lectura y guarde mi intrigante tesoro. No queria quedarme dormido y dejarlo al alcance de cualquiera.

miércoles, 14 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (9).

Sin duda, los que crearon las luces de lectura de los aviones no habian leido un libro en su vida. En fin, podria ser peor.

"He de confesar que me sentia dolido y nostalgico a partes iguales. Nosotros siempre llevamos a un ayudante, una especie de aprendiz que te echa una mano mientras tu echas la tuya al cuello de otro (un pesimo -en todos los sentidos- chiste muy popular en el gremio), al tiempo que aprende los secretos del oficio, y, en especial, se acostumbra a medio-comerse los nervios y la tension del momento, lo que sera fundamental cuando le toque oficiar la labor principal.

Yo habia sido el aprendiz del "El Califa" e incluso siendo yo ya titular, el seguia llamandome, y lo hizo hasta su ultima actuacion. Yo siempre acudia, por razones sentimentales. Tiene gracia, escrito en frio: ir a una ejecucion por tal motivo.

Me dolia, lo confieso, que el se hubiera olvidado de mi para su retorno. Y tambien me daba panico. Es una sensacion horrible, cuando te das cuenta de que no has sido realmente importante para alguien que ha significado mucho para ti.

Ya ve, todo un verdugo de primera, y llore como un crio.

No queria saber quien seria mi sustituto, no deseaba causarme todavia mas dolor".

Ya dije que podria ser peor. La Orquesta Filarmonica de Roncadores Transoceanicos ha iniciado el Concierto Numero 3 para Garganta y Nariz, en Resoplido Mayor. Y la dama del asiento delantero es la solista.

martes, 13 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (8)

Ignoraba el resto del pasaje, pero yo no tenia el mas minimo interes por conocer nuestra altura y velocidad. Yo queria llegar ya, o al menos, poder seguir leyendo tranquilo.

"No, no, una cosa es disgustarse con tu hijo porque prefiere la disciplina deportiva a la militar y otra muy diferente es alegrarse de su muerte. En alguna remota aldea del duro corazon del Coronel Pulley, habia barra libre de tristeza de eso estoy seguro. Nadie esta del todo libre de la risa o el llanto, se lo digo, que he visto de todo.

Por otro lado, Mike O'Regan me seguia intrigando. El hombre sin pasado aparente o registrado, sin familia que le ayudara, sin amigos que intentaran venderle informacion a la prensa.

Le quedaban dos dias de vida y, me decian mi ojos y oidos en Pentonville, no parecia que aquello le afectara mucho. No habia aceptado los ofrecimientos de salvar su cuerpo o su alma. Solo queria que lo dejaran morir en paz.

Pues nada, sus deseos serian ordenes".

Turbulencias, lo que faltaba.

lunes, 12 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (7)

La azafata y su extrema amabilidad apenas me daban cuartel para la lectura...

"No hay nada realmente secreto, aqui nos conocemos todos. Me cite en el discreto sitio de siempre con mi viejo camarada de Pentonville. Me tranquilizo, no lo iba a hacer "El Paleto": me sorprendio, iba a ser "El Califa".

El apodo, segun el mismo me conto, se lo puso -tras verle en accion- un funcionario que acababa de llegar de Oriente Medio. Pero lo cierto es que era digno merecedor de el, y no solo por su tono de piel inusualmente oscuro para un britanico o su gracioso bigote. Era el mejor, y no lo digo porque fuera mi maestro. Se de buena tinta que, despues de la guerra, todo un general estadounidense habia estado a punto de tributarle una ovacion.

Podia dormir tranquilo (al menos, todo lo tranquilo que alguien en mis circunstancias le esta permitido), Mike O'Regan iba a tener al mejor.

Todos estamos condenados a muerte, usted y yo incluidos y, de corazon, le deseo que tan sombrio jinete se lo lleve con la velocidad, limpieza y respeto que "El Califa" trataba a sus clientes.

Lo sorprendente del caso era que "El Califa" estaba oficialmente retirado (de hecho, habia jurado en mi presencia no volver jamas a "hacerlo"), decian los envidiosos que porque queria mas pasta. Mentira, estoy convencido de que las razones fueron otras -sin duda, pero jamas me atrevere a ponerlas por escrito.

Mi contacto me confirmo que "El Califa" solo volvia para esa ocasion, como un favor especial. Aparentemente, alguien muy, muy gordo habia hablado en persona con el en nombre del Coronel Pulley para convercerle. Cada vez estaba mas alucionado con la cantidad de amigos que tenia el tal Coronel.

'Dicen que el Coronel y su hijo se llevaban a matar, igual lo ha hecho por agradecimiento al asesino', dijo mi contacto en broma.

Aunque en este mundillo uno nunca puede bromear del todo".

Alla venia la dichosa azafata, al contraataque.

domingo, 11 de julio de 2010

Los Casos de Woochat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (6)

Entre el tipo de mi lado en el avion ,que padecia de cabezadas de cinco minutos crónicas y luego se dedicaba a espiar todos mis movimientos por puro tedio, y la escandalosa pareja de brasileiras del asiento de atrás (por la voces que daban, no piense usted mal), leer en el avion tampoco fue sencillo.

"Empezaba a pensar que me estaba dejando dominar por mi imaginacion, lo que no era una buena idea en asuntos de vida y muerte como los míos. Había cadáver y asesino confeso. Punto.

El padre y coronel no estaba triste porque era un guerrero al servicio de su Graciosa Majestad y esa gente es así, el policía que detuvo al criminal era un viejo subordinado suyo sin duda porque el propio coronel le pidió que le echara un ojo a su hijo después de los partidos mas problemáticos, y como había sido tan incompetente que lo mataron ante sus propias narices, no quería que se supiera nada del tema.

Y a mí no me llamaban de de la carcel de Pentonville para hacer el trabajo porque alguien estaba mosqueado conmigo por Dios sabía la razón, o porque les parecería mas justo repartir la faena.

En cualquier caso, sólo deseaba que no hubieran llamado a "El Paleto". No, no creo que fueran tan estúpidos, que ese era un carnicero de probada ineficacia que seguía en "la Lista" por el mismo enchufe por el que lo habían metido.

(Sí, en teoría yo no conocía a ninguno de mis infames colegas, pero ya le comenté que todo norma tiene excepciones).

En cualquier caso, y por muy asesino que fuera, O'Regan se merecía una muerte digna y rápida. Y eso sólo se lo podía ofrecer el mejor.

O sea, yo"

La azafata con el carrito del refrigerio, siempre tan oportuna y fastidiosa, volvió a interrumpir mi lectura.

sábado, 10 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (5).

Me estaba volviendo un poco paranoico con aquello del manuscrito. Llegado al aeropuerto de Heathrow, sólo me atrevía a sacarlo de mi maletín para continuar la lectura tras recluirme en la relativa intimidad de un retrete de los lavabos.

"Confieso que me picaba la curiosidad cada vez más. El tal Coronel Arnlod W. Pulley parecía un tipo fuera de lo normal, como confirmaba su pública hoja de servicios. Había llegado el momento de conocer al hombre, y nadie retrata mejor a una persona que sus subordinados. Vestí mi viejo uniforme militar -sí, yo también serví a mi Patria en la II Guerra Mundial y fue *(1)-, pues sabía que la confortante visión de uno de los tuyos siempre suelta la lengua más de lo debido.

No me equivoqué (aunque las pintas también ayudaron lo suyo). Hice un par de llamadas, llamé a la puerta correcta y me pude entrevistar con un hombre que había servido a las órdenes de Pulley en el Norte de África. Admiracíón es poco para describir lo que le salía por los poros al hablar de su superior a aquel estereotípico sargento regordete, colorado y de apellido Gordon.

Lo describía como firme y exigente hasta el extremo, pera también justo y, sobre todo, un hombre que no pediría a sus hombres que hicieran algo que el mismo no haría. Un líder nato tanto en la cantina como ante el enemigo.

Cuando saqué, con toda la premeditación de la aparente casualidad, el tema de la trágica muerte de su hijo, a Gordon se le contrajeron el entrecejo y el ánimo. Se golpeó la pierna con rabia y exclamó: '¡Maldita sea, Knights, un segundo antes y lo habrías salvado!'. Yo le pregunté quién era el tal Knights y me confesó que era un antiguo compañero de armas, que también había servido a las ordenes de Pulley. Tras la guerra, se había metido a policía, y, por esas casualidades de la vida, había sido el agente que redujo y arrestó al asesino del hijo de su antiguo superior. Hecha la confidencia, Gordon se quedo un momento pensativo y me pidió que no compartiera esa información con nadie, puesto que Knights no quería que la prensa lo mareara con preguntas estúpidas

Yo me despedí de Gordon asegurándole que el secreto estaba a salvo conmigo".

Los golpes contra la puerta de un señor -norteamericano por el acento con que me gritaba "¡que me estoy cagando, leñe!"-, me obligaron (una vez más) a interrumpir mi lectura.

* (1) Ese renglón estaba tachado, varias veces, hasta hacerse totalmente ilegible. Sin duda, Shrike se arrepentía del todo de lo que había escrito en él.

viernes, 9 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (4).

Me desperté a las tantas de la madrugada en punto, con la boca pastosa, la visión nublada y la curiosidad intacta.

"¡Ya le anuncié yo que era torpe de expresión! Que parece de lo anterior que yo encuentro satisfacción e incluso placer en mi tarea. Nada más lejos de la realidad: me repugna. De la paradoja de cómo llegué entonces a desempeñarla quizás algún día le hable, si es que encuentro el valor de enfrentarme en juicio público a mi verdad. Así pues, sepa usted que no veo en la muerte reglada más que una venganza vacía, y, ¡ojalá sea así!, espero que en su época tan absurda pena haya desaparecido para siempre de la ya de por sí suficientemene triste faz de la tierra.

Al hilo de lo anterior, las 15 libras, como todo el dinero que saco de todo esto y alguno salido de mi otro trabajo, lo dedico a ayudar a aquellos que intentan dar consuelo a las víctimas de la tan absurda violencia. Es entre esa gente donde se encuentra uno de mis pocos amigos: David Dogan.

Fui a visitarlo, pues me enteré que se había acercado a la familia del malogrado juez de línea para intentarles darles su apoyo y su consuelo. Y fue con una nueva sorpresa que, frente a una taza de café humeante y malo, me confesó mi amigo que aquellos señores -en especial él- apenas parecían demostrar dolor por la muerte de su hijo, al que se referían con indirencia, e incluso puede que con odio. Visto el panorama, mi buen amigo Dogan se marchó por donde había venido, pues su experiencia le indicaba que nada podía hacer en ese hogar, al menos de momento. Él lo achacó a que eran una familia de rancia tradición militar, lo que unido a aquello de ser británicos, les obligaba a sepultar cualquier tipo de sentimiento bajo una pesada lápida de represión.

Con eso y con todo, a David Dogan aquella frialdad le parecía exagerada".

Tan exagerada como la hora que era, mejor irse a dormir, que mañana sería otro lluvioso día.

jueves, 8 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (3).

Llegado al hotel, subí una escalera de tres en tres peldaños, y luego bajé otra de dos en dos (los hoteles baratos británicos baratos son así) hasta llegar a mi habitación, y prácticamente sin quitarme ni el abrigo, proseguir con mi lectura.

"Hechas ya la presentaciones, es momento de comenzar mi relato. Soy consciente de que no soy un narrador diestro, aunque hubo un tiempo en que quise serlo. Por ello, le ruego de antemano que disculpe mi torpeza con las palabras.

Aquel asunto empezó para mí como tantos. Un crimen en la prensa, y de los sencillitos. Aparentemente.

John W. Pulley, juez de línea internacional, se había ido a tomar una pintas después de un partido. Demasiadas. Tantas que se le soltó la lengua -y le dio por presumir del buen dinero que le acababan de pagar-, y se le relajó la sensatez -y le hizo frente al tipo que le siguió a la salida para quitarle tan buen dinero-.

Un agente de policía -los siempre eficientes "bobbies"- oyó la bronca y llegó oportuno para reducir -pleno de arrojo- al criminal, aunque tarde para salvar la vida de Pulley.

Mike O'Regan, que así se llamaba el asesino, había asestado una puñalada certera en extremo. Un detalle que se atribuyó a la mala suerte, pero que a mí -al leer la noticia- me llamó mucho la atención. En mi oficio, uno se fija en esas cosas.

El caso no ofrecía dudas, pues O'Regan confesó de plano (¿qué sentido negar lo que un agente de policía había oído y casi visto?) y negó en redondo que hubiera tenido algún tipo de motivación deportiva -algo que algunos medios se habían precipitado en dar por hecho-. Tampoco puso O'Regan mucho interés en librarse de la horca durante el juicio. Casi menos que su torpe abogado defensor.

En este mi mundillo, lo crea o no, uno se topa con gente así (aunque son minoría). Personas con tan poco apego a este mundo, que no parecen tener ningún inconveniente en dejarlo, esperanzados en que -quizás- les espera otro mejor.

Ahora conviene aclarar que, en aquellos días, éramos varios los que nos dedicábamos a "poner el nudo y tirar de la palanca" (así me gusta a mí llamarlo, eufemísticamente) y que nuestros nombres estabas recogidos en lista secreta sólo al alcance de las agentes judiciales encargados de asegurarse de que la "Ley siguiera su curso" (como lo llamaban ellos). Eran estos agentes los encargados de seleccionar y contactar alguno de nosotros. No tenía ni tengo idea (al menos, no demasiada) de quiénes compartían lista conmigo, pero, dado que el reo estaba en Pentonville, supuse que yo sería el elegido, pues yo ya había llevado a cabo un puñado de encargos en esa cárcel a plena satisfacción.

En resumen, que ya me veía con 15 libras extra en el bolsillo.

Pero, para mi extrañeza, una semana antes de la fecha, la carta certificada no me había llegado todavía.

¡Qué raro!"

Ese fue el momento en que, ¡maldición!, el sueño me venció. Demasiadas emociones para un solo día.

miércoles, 7 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (2).

El empleado de la pala, sospecho que bien próximo a la jubilación y sin ganas de complicarse la vida, se limitó a hacerme firmar mi conformidad con la exhumación, entregarme la carpeta, volver a cubrir al ataúd de tierra y marcharse después de ofrecerme una leve reverencia.

Yo, en cambio, estaba metido en un inesperado embrollo. Mi misión era conseguir una muestra osea de donde obtener ADN, y todo lo que tenía era una misteriosa carpeta. Mi primera intención fue limitarme a hacerle entrega de la misma a mi jefe y olvidarme del asunto; pero de camino a la estación de Caledonian Road, decidí echarle un vistazo rápido al llegar al hotel, y mientras esperaba la llegada del metro, la curiosidad terminó de doblegarme.

Papeles. ¿Qué si no en una carpeta? Sucios, amarillentos, manuscritos con una letra torpe y difícil. Ya absolutamente sometido a la esclavitud del cotilleo, comencé a leer.

"Hola, mi desconocido amigo, le saludo por primera vez o una vez más. Si le soy sincero, jamás pensé que unos ojos más allá de los míos leerían esto que ahora escribo. No se cuánto tiempo habrá pasado, no sé si es usted británico o extranjero, puede que ni siquiera ya existan mi país o este idioma. Da igual. Yo, con toda seguridad, ya estoy muerto, aunque si es tan poco el tiempo transcurrido que usted sospecha que puedo seguir vivo, le agradecería de antemano que no intentara encontrarme.

Sepa, ante todo, que es para mí un gran alivio y dicha que alguien esté leyendo esto, ya que es la confesión y relato -en parte- de unos hechos que se decidió que deberían morir para siempre en el secreto, pero a los que yo, en mi humilde soberbia, quiero dar una oportunidad de vivir para la posteridad. Precisamente, aquí, escondidos donde sé que nadie los va a buscar, pero puede que alguien algún día los encuentre, como ha sido el feliz caso de usted.

Mas disculpe, mi desconocido amigo, que no me he presentado, y, en el fondo, no voy a hacerlo del todo. Permítame que -quizás sólo de momento- le oculte mi verdadero nombre y me presente como Woodchat Shrike, ejecutor de sentencias del Servicio de Prisiones de su Majestad".

El corazón empezó a parecerse al de un purasangre en la recta final del Derby de Epsom. ¿Podría ser aquello cierto? ¿Tenía en mi poder las memorias secretas de un verdugo auténtico?

Por pura "Ley de Murphy", en ese instante se me sentó al lado un señor de bigotito y gafas de cotilla, y yo, ansioso por mantener en secreto lo que tenía entre manos, cerré la carpeta y la refugié en mi maletín. Retomaría la lectura en la intimidad de mi habitación de hotel y, de paso, intentaría tranquilizarme un poco.

martes, 6 de julio de 2010

Los Casos de Woodchat Shrike: Un Asesino Fuera de Juego (1).

La historia que le voy a contar -germen de otras- nació de la Casualidad, el mismo material del que está hecho el primer encuentro con el amor verdadero o con un enemigo acérrimo. Pura Casualidad, o, mejor dicho, Casualidad mezclada con curiosidad morbosa.

Fred P. O'Regan, natural de Terracito (Texas), tenia dos obsesiones en la vida: ganar dinero y la genealogía.

Para lo primero tenía una indudable habilidad, propietario como era de la exitosa cadena de restaurantes de comida rápida "Fred Chihuahua" (apellido que la parecía mucho más adecuado a la hora de vender burritos y tacos que el suyo legítimo).

En cambio, para lo segundo era irlandés a rabiar. Conocía al detalle, y a menudo relataba con orgullo, todo el periplo que siguieron sus antepasados desde su pueblecito natal de Westmork (República de Irlanda) hasta la tan calurosa Texas (destino inusual para unos irlandeses, como él también señalaba con regocijo). Para armar el rompecabezas de su historia familiar, no había escatimado en gastos, pagando con una sonrisa las jugosas minutas -viajes transoceánicos incluidos- de uno de los más reputados especialistas estadounidenses en el tema, cuya identidad -por razones que serán luego evidentes- prefiero no revelar.

Su hambre de saber sobre su árbol genealógico no parecían tener fin, y cuando ya no quedaban datos que escarbar sobre sus familiares directos, decidió ampliar el abanico (espoleado por el geneálogo, deseoso de mantener el grifo del oro corriendo).

Fue entonces cuando Mike O'Regan apareció en escena.

Se sabía bien poco del tal individuo. Sólo que a principios de los 50 había gozado de una fugaz infamia en el Reino Unido, pues había asesinado a un juez de línea pocas horas después de un decisivo encuentro. En un principio, las plumas sensacionalistas olieron carroña ("El Hincha Asesino", titularon), pero todo se esfumó cuando el propio homicida confesó ante la policía y que el fútbol no le interesaba lo más mínimo, y que detrás de su delito no había habido más móvil que el robo. La prensa, decepcionada, soltó la presa y, O'Regan -sin familia, amigos o dinero- fue juzgado, condenado y ahorcado con la eficiente agilidad de la que gozaba el Sistema por aquellos días.

Nadie reclamó el cadáver (si tan siquiera la Ciencia), y fue enterrado en el cementerio de la prisión donde había sido ajusticiado.

Fue ante esa misma tumba donde yo me encontré una tarde lluviosa de sol, de esas tan comunes en la Islas Británicas. Con cara de enfado aburrido y un permiso judicial de exhumación en la mano, contemplaba cómo aquel rudo operario mezclaba paladas y tacos en el proceso de devolver el ataúd con el cuerpo de Mike O'Regan a la superficie.

La idea de tener un criminal por pariente, aunque fuera lejano, no sólo no repugno a Fred P. O'Regan, sino que lo había fascinado. El apellido sin duda coincidía y, dado que en confesión escrita el asesino había afirmado ser de un pueblo no muy lejos de Westmork, todo parecía encajar.

El problema era que, sobre el terreno, el tal Mike había resultado ser un fantasma: ningún documento o registro, ningún viejo que lo recordara...Nada. Lo más probable es que hubiera mentido durante el juicio, quizás por ahorrarle la vergüenza a su verdadera localidad natal.

Inasequible al desaliento, Fred P. O'Regan ordenó a su geneálogo de cabecera -que delegó en mí tan desagradable tarea- ir a buscar el agua de la verdad sobre aquel fantasma a la misma fuente: sus restos mortales.

Y nunca mejor dicho lo de fantasma, porque al abrir el ataúd, lo encontramos vacío.

Bueno, miento, hallamos una carpeta azul carpeta, con un dibujo de lo que parecía un pájaro pegado sobre ella.

lunes, 5 de julio de 2010

Esos Dos Segundos Tan Intensos de Justo Después de Darte Cuenta de que Has Metido la Pata (Hasta el Fondo).

No hay mayor censura que aquella a la que sometemos a nuestras propias palabras (si tenemos un mínimo de cabeza y educación). Y ni por esas evitamos soltar lo que no debemos, y todo por la culpa del dichoso "Desliz Freudiano" (dicho en plata, "lo que te sale del alma").

El caso es que uno ya ha largado algo fuera de lugar, y se percata, y -¡maldición!- intenta arreglarlo (que es el camino más directo a estropearlo del todo).

"Con todos mis respetos" es un latiguillo de lo más socorrido, aunque a mí me parece que poco ayuda, más bien todo lo contrario. "¡Ten modales, que no estás en tu pueblo...con todos mis respetos!". ¿Qué respetos son esos, si acabas de llamarnos maleducados?

(Una varienta de esta técnica es el siempre popular "es un decir").

También está la opción del auto-ataque de reparación, que tampoco se me antoja a mí muy efectiva: "¡Dónde vas con esa camiseta, que pareces una morcilla!...Aunque, yo también estoy gordísimo, vamos que yo tampoco entraba". Gracias por llamarme "gordo".

Otros, con más verborrea, se recrean en la suerte y te encajan una larga disculpa razonada del estilo: "A ver, que dicho así suena muy mal. Te explico: a lo que yo me refería es que, dicen, diiicen, que yo no sé si será verdad, que hay gente, no todos, geeente en tu pueblo que....." o "No, que me he expresado fatal. Lo que realmente quiero decir no es que los profesores sean unos vagos con muchas vacaciones, sino que..."

Sin olvidar el clásico: "está sacado de contexto".

Los menos originales se ríen y te intentan convencer de que era una broma.

(Pues maldita la gracia).

domingo, 4 de julio de 2010

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): Decencia.

-Papá, ¿tú eres decente?

"Peralín", en su línea de hacer preguntas con mucho más fondo que forma.

-Pues no lo sé, hijo. Me temo que me faltan algunas de las características que alguien decidió que resultan indispensables para ser una persona recta, y a las que bautizó como "Decencia". Pero desconozco si esos fallos me impiden ser decente, o se me perdonan.

-¿Y no te preocupa?

-No, a mí me parece que lo realmente importante es ser honrado.

-¿Pero qué haces mal para no ser decente?

-Pues que algunas cosas que según la "Decencia" están muy feas, a mi me parecen hermosas. Digamos que me niego a censurar a las personas que intenta ser felices sin hacer daño a nadie, y también me da por respetar a los que no piensan o sienten como yo. ¡Ah, y -sin que se entere tu madre- me chiflan las chavalitas guapas en pelotas! Casi tanto como a muchos señores muy decentes...

-Sabes, papá, por lo que me cuentas, eso de la "Decencia", es de lo más indecente.

sábado, 3 de julio de 2010

De Cómo Hundir a un Radical (La Teoría de la Rata de Carreras).

Soy radicalmente opuesto a los radicalismos, porque todo el mundo tiene su parcelita de razón (y los que no la tienen, siempre actúan así por una buena razón).

Es por eso que pocas cosas me divierten tanto como lanzarle a un radical su radicalismo a la cara, haciendo uso de una técnica que hará que sus propios ideales extremos se vuelvan en su contra.

Todo se basa en el principio básico de la psicología conductual del radical común (¡toma frase!): jamás consentirá que alguien sea más radical que él.

Por lo metafórico, diríamos que el radical es como una "rata de carreras": si otra rata la adelanta, correrá cada vez deprisa y con menor control de sus actos, hasta el extremo de que es posible conducirla hasta un precipicio y que se tire por él con tal de ser la primera.

Un ejemplo práctico: supongamos que un caballero se opone radicalmente a que los futbolistas lleven botas de un color que no sea el negro.

Nos presentaremos ante el susodicho y le informaremos de que, mientras los jugadores sigan con esa tontería de las botas de colorines, se va a dejar de ir al estadio. El radical, por supuesto, hará lo mismo y, además, afirmará que tampoco verá los partidos por televisión, a lo que nosotros replicaremos que no sólo dejaremos de ver los partidos de fútbol, sino que no veremos ningún otro deporte -puesto que las marcas de botas de fútbol también hacen ropa para ellos-. Don Radical replicará que él no sólo abandona las retransmisiones deportivas de televisión, sino también las de radio y hasta la prensa.

Y así podemos continuar con el juego hasta reducir a nuestro sujeto experimental a un ermitaño.

Ah, y si vemos que se nos va a rajar, sólo hay que usar las palabras mágicas: "Tú es que eres un tibio".

¡Ya verá como reanuda la carrera hacia el abismo!

"¿A quién llamas tú tibio?"

viernes, 2 de julio de 2010

Vascos en Idaho.

Nacer y crecer con un apellido extranjero marca (se lo digo por experiencia en primero persona del presente de yo mismo). No importa el tiempo que haga que tus antepasados emigraron, el lazo con la tierra de origen sigue ahí, reclamando tu atención con una voz imposible de ignorar.

Debe ser esa la razón de que, por ejemplo, en la ciudad norteamericana de Boise (en el mismo Idaho) los padres tengan la opción de que sus niños inicien su etapa escolar en una "ikastola", lo que les permitirá ser bilingües en inglés y euskera.

Acaso usted cuestione la utilidad que puede tener para un bambino estadounidense eso de dominar el vasco como si fuera del mismo Lasarte, a lo que yo le responderé que hablé de "opción" no de "obligación".

Y le aporto como dato adicional que Idaho fue el lugar de destino de muchos emigrantes vascos en el siglo XIX, y que los descendientes de dichos emigrantes han decidido no perder aquellas raíces, con un entusiasmo que hace que en esta ciudad, además de la escuela ya mencionada, haya un "Basque Center" y un "Basque Museum and Cultural Center", amén de otros negocios y establecimientos de marcado sabor vasco.

(Por haber, hasta campeonatos de mus hay).

Conocer, apreciar y defender la cultura de tus antepasados -los de lejanas tierras y los de media hora en tren de cercanías-, una necesidad de todo ser humano.

Y un derecho que nadie nos puede ni discutir.

(Pero siempre con mi respeto por lo tuyo y el tuyo por lo mió).

jueves, 1 de julio de 2010

Atila, Rey de la Fiesta.

Sinceramene, escuchas los planes vacacionales de ciertos jovenzuelos (y no tan jovenzuelos) y no te queda claro cuáles son sus verdaderas intenciones.

"¡Vamos a quemar Benidorm!", a ese tipo de cosas me refiero.

Afortunadamente, luego no resulta ser para tanto. Todo se reduce a una ingesta más que excesiva de alcohol -derivando a menudo en policonsumo recreativo de sustancias-, bailes a la luz de la discoteca -mixtura entre un ataque de epilepsia y los movimientos de un chimpancé-, conducción temeraria -a veces culminada por un incidente más o menos desagradable con agentes de la Benemérita-, cánticos de todo tipo en la vía pública -arruinando el descanso de los vecinos- sazonados con maltrato de mobiliario urbano (¿qué les han hecho los contenedores de basura a los borrachos?) y, por último, breve encuentro amoroso con completa desconocida (con frecuencia, extranjera, no muy agraciada y más embriagada incluso que el propio particular).

Al día siguiente, dolores varios, pero con la satisfacción (alta) del deber cumplido como campeón de la juerga, y repetición del ciclo hasta que se terminan la breves pero intensas vacaciones.

Hasta que llega un día -despacito pero por sorpresa- en que nuestro amigo el pirómano festivo, en su primera jornada en la costa, exclama, por inercia: "¡Esta noche, va a arder esto!", y su esposa le responde con dulzura pero con firmeza: "No, cariño, esta noche, cenamos un sandwich y una cerveza, y luego bajamos con el niño a dar una vuelta por el paseo marítimo y a tomar un heladito en alguna terraza".

(Es el fin, Atila).