La azafata y su extrema amabilidad apenas me daban cuartel para la lectura...
"No hay nada realmente secreto, aqui nos conocemos todos. Me cite en el discreto sitio de siempre con mi viejo camarada de Pentonville. Me tranquilizo, no lo iba a hacer "El Paleto": me sorprendio, iba a ser "El Califa".
El apodo, segun el mismo me conto, se lo puso -tras verle en accion- un funcionario que acababa de llegar de Oriente Medio. Pero lo cierto es que era digno merecedor de el, y no solo por su tono de piel inusualmente oscuro para un britanico o su gracioso bigote. Era el mejor, y no lo digo porque fuera mi maestro. Se de buena tinta que, despues de la guerra, todo un general estadounidense habia estado a punto de tributarle una ovacion.
Podia dormir tranquilo (al menos, todo lo tranquilo que alguien en mis circunstancias le esta permitido), Mike O'Regan iba a tener al mejor.
Todos estamos condenados a muerte, usted y yo incluidos y, de corazon, le deseo que tan sombrio jinete se lo lleve con la velocidad, limpieza y respeto que "El Califa" trataba a sus clientes.
Lo sorprendente del caso era que "El Califa" estaba oficialmente retirado (de hecho, habia jurado en mi presencia no volver jamas a "hacerlo"), decian los envidiosos que porque queria mas pasta. Mentira, estoy convencido de que las razones fueron otras -sin duda, pero jamas me atrevere a ponerlas por escrito.
Mi contacto me confirmo que "El Califa" solo volvia para esa ocasion, como un favor especial. Aparentemente, alguien muy, muy gordo habia hablado en persona con el en nombre del Coronel Pulley para convercerle. Cada vez estaba mas alucionado con la cantidad de amigos que tenia el tal Coronel.
'Dicen que el Coronel y su hijo se llevaban a matar, igual lo ha hecho por agradecimiento al asesino', dijo mi contacto en broma.
Aunque en este mundillo uno nunca puede bromear del todo".
Alla venia la dichosa azafata, al contraataque.
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