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lunes, 3 de agosto de 2009

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambos). La Estrella de la Capital.

Iván, pese a todo, se tomaba lo de la alcaldía -por muy impuesta que fuera- bastante en serio.

Promocionar el pueblo, atraer al turismo (por demás, nulo en aquel momento) era una de sus principales prioridades. Quizás, así a alguno le gustara tanto el pueblo que decidiera quedarse a vivir.

Fue con este afán, una tarde que volvía de entrenar, que tuvo una de sus grandes ideas.

-"Calle de la Carretera"...¿De dónde salio ese nombre tan absurdo?

-¿Absurdo? Es una calle y da a la carretera. Me parece a mí que no encontrará un nombre más lógico en toda en España.

-Sí, pero las calles tienen nombres ilustres, atractivos, evocadores...Sugiero que cambiemos ese nombre tan soso y le pongamos el de alguien famoso, al que invitaremos a venir a descubrir la placa, y con la estrella vendrá la prensa, y con la prensa, la publicidad, y con la publicidad, ¡el turismo!

-Bueno, ya sabe usted que yo me opongo, pero no me parece mal.

-Muy bien, Matías, entonces, ¡manos a la obra!

Se decidió que el afortunado al que se le iba a poner la calle en el pueblo sería elegido por votación popular. Hecha la consulta, los tres primeros nombres de la lista resultaron imposibles de contactar. Gajes de que Marcial, el secretario, no hablara idiomas, mientras que los cuatro siguientes tenían unas pretensiones económicas desmedidas. Como dijo el propio Marcial: "¡Joé, qué caro sale honrar a esta gente!"

La primera gestión fructífera fue con Freddie Mandingo, actor de cine para adultos de nacionalidad Senegalesa. Había obtenido tres votos, y nunca se supo de quién, aunque todo el mundo en el pueblo tenía su propia teoría personal (algunas de lo más jugosas). Lo único que quedó constatado fue que la señora Encarnación se ponía colorada y cambiaba rápidamente de tema entre abanicazos.

Con afán de documentarse, la "Comisión Urbanística para lo del Nombre Nuevo de la Calle" se agenció un par de películas del susodicho.

-"¡Joé, a éste una calle no, una avenida lo menos!", fue el acertado comentario del Marcial.

Un mes después, y en un sentido y emotivo acto, un simpático y jovial Moussa Omar (alias "Freddie Mandingo") descubrió su placa, trincó su pasta y se largó del pueblo. Todo en cuestión de menos de una hora. No hizo noche, por tanto, para desesperación -sin duda- de sus tres votantes y de algunos más.

De los medios, oportunamente convocados (aunque luego Iván se arrepintió suspicaz de haber delegado el asunto en el Marcial de marras), ni rastro.

Por último, un consejo: si alguna vez pasa por Gracia del Río, no pregunte por la "calle Freddie Mandingo", mejor hágalo por la "calle de la Carretera" o -en todo caso- por la "calle el tío la tranca", que es la única manera de que le entiendan.

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