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lunes, 1 de junio de 2009

A Ese Chavalín Caprichoso...

Me parece increíble que haya gente que, después de ver un partido de fútbol, siga creyendo que la Física es una ciencia exacta. Aunque más sorprendente aún es la existencia de personas que piensan que el fútbol en sí está sujeto a algún tipo de lógica o norma. No, como mucho, el fútbol tiene caprichos predecibles. Pero nada más.

Sí, el Fútbol es un niño caprichoso, un mocoso malcriado al que le toleramos travesuras que no le consentiríamos a nuestro propios hijos. Un dios al margen de Dios, que trastea con una pelota sin saber que está jugando con las frustraciones y los sentimientos de las multitudes.

Pero no le guarden rencor, que es sólo un niño de mofletes hinchados que no alberga más maldad que cualquier otro chavalín.

Se hacer querer el pequeño cabrito, sí. Tanto, que nuestros fines de semana sin él son un poquito más laborales. Amargos, porque la tele del sábado noche pone una absurda película de tiros y la radio dominical sólo nos sabe a música.

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