"What's in a name? That which we call a rose
By any other name would smell as sweet."
William Shakespeare (o Chris Marlowe, o Edward de Vere o Sir Francis Bacon o...)
Pues eso, que aunque la llamáramos por otro nombre, la rosa olería igual de bien. No obstante, cuando hace diez años que las listas y las "personas en prácticas" son parte de tu vida, uno desarrolla la curiosa teoría de que los nombres marcan a sus portadores. Por ejemplo:
-Las Blancas suelen ser bastante oscuras.
-Todos los Álvaros, Gonzalos y Borjas son populares entre las féminas.
-La María (a secas) que te pide que le llames María (a secas), es un encanto. Sin embargo, si hace cualquier tipo de deformación de su nombre, prepárate. Cuanto mayor desviación, mayor problema. (Ergo huye despavorido de las "Maritxukas" y similares...)
-Los Guillermos (por otro nombre, "Willies") son unos parlanchines de cuidado.
-Las Saras son coquetas.
-Los Carlos son noblotes.
-Los Javis son simpáticos.
-Las Esperanzas, Angustias, Encarnaciones, Concepciones y, si me apura, Dolores están en vías de extinción.
-Los Danis son imprevisibles :-D
Las Rosas no son guapas ni feas, sino todo lo contrario.
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