¿Cuándo fue la última vez que bebió usted de un botijo, pedazo de traidor y traidora? Siglos y siglos de desinteresada provisión de agua razonablemente fresca contra el calor, y ahora le ponemos los cuernos con las botellas de plástico y agua (sí, esas que todas las mujeres de España llevan en el bolso).
¿Dónde están los botijos de esos que dicen amar y defender a España? ¡No lo veo en el banquillo de ninguna Selección ni en según qué mítines! Desde aquí hago un llamamiento para que todos aquellos que representen a Nuestro País (dentro o fuera de nuestras fronteras), sacien su sed en público única y exclusivamente a golpe de pitorro, que no hay manera más típicamente española.
¡Basta ya desprecio por el pobre botijo! ¡Basta ya de mofarse de su mecanismo, flor del ingenio y la ciencia aplicada! ¡No más burlas contra aquellos que con tanta nobleza le dan sombra!
(Y de la bota de vino, hablaremos otro día).
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