¿Cómo se sentirán los artistas que graban canciones para el hilo musical? ¿Cuál será la sensación de tocar sabiendo que miles de personas te oirán, pero nadie te escuchará? ¿Qué pensarán mientras interpretan melodías cuya única aspiración es provocar un silbido distraido y pegadizo con una duración máxima de seis plantas en ascensor, o un rítmico movimiento de pie en la sala de espera del dentista?
Y, sin embargo, esos momentos de nuestras vidas estarían tan vacíos sin esa "Chica de Ipanema" o ese "The Power of Love", siempre a piano y saxofón.
Desde aquí, todo mi reconocimiento a esos héroes anónimos del estudio de grabación y el "standard" musical. Sé que hubieran preferido vender millones de discos de sus propias creaciones, pero algo es algo.
Olha que coisa mais linda
Mais cheia de graça
É ela menina
Que vem e que passa
Num doce balanço, a caminho do mar...
(Pulse el botón de la derecha para escucharla, que lo está deseando. ¡Ha, qué de recuerdos de la cola del supermercado!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario