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domingo, 16 de marzo de 2008

Un palillo y dos formas de venderlo (tratado de publicidad mondadientil).

A la dama

(Modelo de edad indefinida, pero que se intuye que ya cumplió los 40. Guapa pero no espectacular. Esta sentada, toda de blanco y descalza, en un sofá. Abraza un cojín)"A todas, al comer, se no quedan pequeños restitos de comida entre los dientes" (Imagen de nuestra protagonista en la mesa de un restaurante caro. Ella, divina sin proponérselo, hace una ligera mueca de incomodidad y sonríe sin enseñar los dientes. Volvemos al sofá). "¡Qué apuro! Menos mal que una amiga me recomendó un nuevo producto que laboratorios Mirage-Paris ha desarrollado para nosotras. (Imagen de las dos en el gimnasio. La amiga también es estilosa pero natural). Son los palillitos higiénicos Brizzi, con el revolucionario sistema activo blanqueador y antiséptico Q-34" (Explicación con imagen informatizada de cómo se usan). "Con palillitos higiénicos Brizzi, te sentirás segura y tu sonrisa deslumbrará como nunca" (Volvemos al restaurante. Nuestra heroína muestra una sonrisa que seguramente brilla en la oscuridad, mientras, a su lado, un canas de esos que están muy buenos, también sonríe y le besa el cuello).

Al caballero

Busque un nombre que suene muy viril (Kraggen Toothpicks), un envase fácilmente reconocible y que un deportista de élite recomiende el producto rodeado de rubias de mirada lujuriosa y escueto bikini. Recuerde, cuando una trata con criaturas simples, la simpleza es el método más efectivo.

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