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sábado, 10 de noviembre de 2007

Quisiera dejar de ser un vago, pero me da pereza.

La pereza es el quinto Jinete del Apocalipsis (los otros cuatro son el hambre, la guerra, la peste y la muerte, para el que ese día estuvo dormido en clase de religión). ¡Cuánto daño hace la dichosa pereza! ¿Se han parado alguna vez a pensar la de obras maestras que hemos dejado de disfrutar porque al autor le dio pereza ponerse a escribir, sentarse al piano o sacar todos los bártulos de pintar?

La pereza nos amarra a la rutina y la mediocridad (y al sofá del salón). Nos impide hacer lo que sabemos que podemos y debemos para mejorar nuestras vidas. A cambio, todo lo que nos da es una tripa y una constante sensación de sueño.

Si quiere usted hacer algo, si tiene un deseo de felicidad, no deje que la pereza le impida cumplirlo. ¡Levántese y ande! (Espero que el autor original de la frase no me denuncie por plagio. Al fin y al cabo, no es exactamente la misma).

Y ya no escribo más, que me da mucha pereza.


El bostezo es el grito de la pereza.

(Por cierto, ya sé que la pereza es también uno de los Siete Pecados Capitales. Como se ve, yo sí atendía en clase de religión).

2 comentarios:

vefra dijo...

hola, creo que el quinto jinete del apocalipsis va a venir por mi!!!, uyy no maldita, no sabes cuanto le odio, pero no puedo apartarla de mi vida, es tan fuerte y tan grande que me invade!!!! nooooo
pero se que puedo conbatirla !!!
te cuidas
bye

Carlos dijo...

A menudo me pasa que me atraen tantas cosas que soy especialista en comenzar actividades y abandonarlas de forma prematura. Es un lastre q voy arrastrando y q me va hundiendo. Muchas veces me esfuerzo en mi trabajo y en mi casa, pero no se si es por falta de confianza, por temor al fracaso o al ridículo o por falta de capacidades que cualquier proyecto o idea se diluyen en mi cabeza como la sal en el agua caliente siendo muy difícil para mi sacar las cosas fuera.