El refinado arte del aburrimiento

Un ser humano medio se pasa gran parte de su existencia inmerso en diversos grados de aburrimiento, desde el leve que se experimenta cuando uno espera que llegue el autobús hasta el profundo sopor que te inunda en las ceremonias religiosas de compromiso.

Aprendemos a aburrirnos en el colegio. De hecho, mucha gente es lo único que aprende en toda su etapa escolar. Luego encontramos un trabajo que nos aburre igualmente, pero que nos permite ganar dinero y tener una excusa para llegar tarde a casa, donde nos espera una esposa de la que hace años que estamos aburridos.

Nos aburre hasta el mundo del ocio: gran parte de los partidos de fútbol, las presuntas obras maestras del cine e incluso estamos aburridos de ir todos los veranos al apartamento de la playa.

Al final, va a resultar que la gente se muere de aburrimiento.



Recuerde: la única medicina efectiva contra el aburrimiento es la tan sana "cabezada". Lástima lo mal vista que está.