Recta de Gol (3).

Debutaba "La Pinturita" (de ese modo tan obvio se había bautizado al caballo, previa autorización de pago por parte de la empresa que llevaba los derechos de imagen del astro). La carrera era cómoda, descaradamente, de hecho. La idea era asegurar que una parte de contrato firmado con el manager de "La Pinturita" se pudiera cumplir con seguridad: el futbolista acudiría a la carrera y, de resultar ganador su ejemplar, recogería el trofeo en persona.

-¡Pero si a mí no me gustan los caballos!

-¡Tú no vas a los caballos, vas a un acto publicitario contratado! Es lo mismo que cuando acudes a un centro comercial a firmar autógrafos. Y, recuerda, si te preguntan, te encanta ir al hipódromo.

-¡Pero si jamás estuve en uno!

-En los actos publicitarios a uno le gusta lo que el cliente ordena y manda.

-Decime que por lo menos habrá azafatas.

-Sí, y muy monas todas. Además, que no tenemos que estar ni una hora, sólo el tiempo justo para ver la carrera, recoger la copa, contestar a un par de preguntas y hacernos un montón de fotos. ¡Ah, y recuerda que el caballo lo has comprado tú, no te lo han regalado!

-¡Estamos locos!

-¡Vístete ya, boludo pesado!

La anunciada presencia de la estrella futbolística animó la afluencia de visitantes al hipódromo. La inversión empezaba a dar sus frutos. "La Pinturita" ganó con la autoridad prevista, puede que incluso con más. El potro era bueno y mucho.

-Siempre amé a los caballos. Allá en mi tierra, de niño, mi papá me llevaba casi todos los domingos a las carreras. Y ahora decidí retomar la afición como propietario, que era un sueño que siempre había tenido.

-¡Y menudo ejemplar, un número uno en potencia, un gran campeón en ciernes! -intervino el periodista que estaba entrevistando a "La Pinturita".

-Sí, la verdad es que yo soy ganador. Lo soy en la cancha y ahora también lo voy a ser en la pista.

-¡Enhorabuena de nuevo por esta victoria, que sin duda ha sido la primera de muchas!

-Gracias.

Terminada la entrevista, "La Pintura" se hizo la enésima foto junto a su caballo ganador, el jockey (que, no por casualidad, vestía los mismos colores que el equipo de fútbol al que pertenecía "La Pinturita") y dos azafatas (monísimas, por supuesto).

-Sabes, el caballo ese que se compró "La Putita" ha ganado.

-¿En serio?

Klaus Kozby ("Doble K" para sus amigos los publicistas) torció el gesto ante la noticia que le acababa de dar su representante. "La Putita" era como llamaban a ellos (en la intimidad) a "La Pinturita". No en vano, era el máximo (seguramente, el único) enemigo que "Doble K" tenía a la hora de ser el mejor futbolista el planeta.