Buscar en Mundo Jackson

lunes, 26 de enero de 2015

Gorilete.

-¿Por qué mantenéis a ese tío?

-Imagen, los de marketing dicen que interesa, cuestión de imagen corporativa, y a los niños les gusta hacerse fotos con él. Además, que le damos cuatro perras.

-Los niños pequeños, porque el resto de la gente no le hace ni puto caso.

-Mejor para él, que los que lo hacen es para cachondearse.

La cuestión se zanjó con una carcajada burlona de la pareja presidentes deportivos de los de purazo y barriga.

Aunque razón no les faltaba.

Gorilete recorría la banda y la gradería baja a saltos y gritos megáfono en mano: "¡Venga, venga, todo el estadio en pie animando a nuestro equipo!"

Pero el estadio, poco caso (o ninguno). A los que animaban no le hacían falta que les animasen, y los que no tampoco iban a cambiar de opinión porque un fulano vestido de mono futbolista se lo mandara.

-¡Calla, gilipollas, que estoy viendo el fútbol!

Ya lo habían anunciado los presidentes.

Y Gorilete -claro está- a hacer oídos sordos y a seguir con lo suyo, que para eso le pagaban.


 -¡Vamos, vamos, arriba!

Terminó el partido. Empate.

-Toma, machote.

Sentado en una esquina del vestuario de empleados, con la traje (¡que qué calor da el condenado!) todavía sin quitar, la máscara sobre las rodillas y el pelo muy sudado, Gorilete -Juan- inspeccionó el contenido del sobre.

-¡Joder, a ver cuándo me subís un poco!

-Es lo que hay, machote.

-Ya.

Es lo que tiene ser un actor en paro con hipoteca e hijo.

Que te toca ser Gorilete por cuatro perras.

Que nunca ganas en el vida. Con suerte, empatas.

No hay comentarios: