Buscar en Mundo Jackson

martes, 11 de noviembre de 2014

La Otra Postura del Misionero.

Si dicen que hay verónicas de cartel de toros, aquella cara era de póster del Domund. Los ojos grandes y asombrados, la boca a medio sonreír y los brazos más delgados de lo que conciencia recomendaría. ¿Qué mejor candidato para estrenarse como misionero?

Le había explicado quién era Dios, y Jesús y que había un libro llamado Biblia que, ahora que le iban a enseñar a descifrar letras, algún día podría leer si quería.

-Yo he visto a mucha gente morir y he visto como los enterraban. ¿Qué pasa con ellos?

-¡Eso es lo mejor de todo! Sus cuerpos se quedan bajo el suelo, pero sus almas -¿te acuerdas que te hablé del alma?- van al cielo si han sido buenos.

-¿El cielo?

-Sí, un sitio donde todo es paz y bondad, donde no hay dolor y se es eternamente feliz junto a Dios y tus seres queridos.

-Vamos, algo parecido a Europa.

-¡Mejor que Europa!

-¡Vaya, pues sí que tiene que estar bien! Usted ha estado, ¿verdad?

-No.

-Entonces, ¿cómo sabe que existe?

-¡Porque tengo fe!

-Ya, otra vez eso de creer cosas que ni uno mismo ni nadie ha visto.

-Bueno, hijo, tú haz el bien, que eso nunca te puede hacer mal. Si hay cielo y vas, pues estupendo, y, si no, pues habrás pasado por esta vida repartiendo felicidad, que, bien mirado, puede que sea mejor.

-Y, si hago el mal y todo eso de la fe es verdad, ¿qué pasa conmigo?

-Entonces, irás a un sitio llamado infierno.

-Que tampoco conoce usted a nadie que haya estado, claro.

-No, pero si nos damos un paseo por el barrio, te harás una buena idea de cómo dicen que es y seguro que no te costará mucho creer en su existencia.

No hay comentarios: