-¡Oye, que el tío del traje de James Bond nos mira muy serio!
-¡Tú haz como si nada y ven para acá!
-¡Joder, que viene!
-¡Mierda, si es que no se puede venir a estos cosas con aficionados! Bueno, tú coge todo los canapés que puedas y métetelos en la boca.
-Perdón, señores, ¿me pueden mostrar sus invitaciones?
(-¿Qué hacemos?)
-¿Qué quieres que hagamos, "chalaó"? Pues si nos han pillado, pues nos han pillado. ¡Vale, vale, ya nos vamos, jefe!
-No, ustedes no van a ningún sitio. ¡Voy a avisar a la policía!
-Ya, ¿y de qué nos va a acusar, de ingesta ilícita de vino español?
-¡Oiga, encima no se me ponga chulo!
-¡Yo me pongo como me quiera poner, que esto es un país libre!
-¡Ustedes tienen mucha cara!
-¡¿Cara, usted sabe la cifra que le ha robado al dinero público ese señor tan serio y tan formal que está ahí engullendo caviar?!
-¡Ni no lo sé, ni me importa! ¡El señor Orieta tiene invitación y con eso me basta y me sobra!
-Ya, claro, ahí está el problema, que le roban y usted ni lo sabe ni le importa. ¡Vámonos, Manolo, que ya hemos perdido demasiado tiempo con esta gentuza!
-¡Les he dicho que voy a llamar a la policia!
-¡No pierda el tiempo, que a Orieta no se lo llevan!
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