-¿Qué insinúas, Mitch?
-Lo que estás pensando...
-¡Estás loco!
-Posiblemente. doc.
-Sabes que debería informar a las autoridades de esto.
-Y también sé que no lo harás...Reconoce que la idea te parece a ti tan buena como a mí.
-Sí, creo que estamos locos los dos, Mitch.
-Lo malo es que no sé cómo podríamos hacerlo.
-Ya, lo más sencillo sería dejar la puerta abierta y que se fuera.
-¿Y cuánta tardarían en pillarnos? ¡Minutos!
-Claro, no parece que sea sencillo.
-Podríamos fingir su muerte. Tu firmas el certificado de defunción, y listo.
-¿Y listo? ¡También nos pillarían, Mitch!
-Tienes razón...Puff, nunca me había dado cuenta de lo complicado que es organizar una fuga de una cárcel...¡Empiezo a admirar a los internos que lo logran!
-Ja, ja, ja...¡El alcaide y el médico de la prisión estatal planeando una fuga! ¡Si se enteraran los muchachos de la prensa!
-Sí, es como de película de risa, doc.
-Bueno, lo consultamos esta noche con la almohada y mañana hablamos.
-Por cierto, Brady todavía no sabe nada de lo suyo, ¿verdad?
-No, pero no lo podemos demorar mucho más.
-Cierto. Hay que trazar el plan con urgencia.
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