-¡Alvarito, macho, o eres un inútil o eres un capullo!
A Álvaro le había cogido de sorpresa la urgente llamada de su jefe, casi tanto como el inesperado exabrupto.
-¿Perdón?
-¡Joder, pues que lo de la mierda esa de la "glaxo-como-se-diga" tenía solución y tú no me dijiste nada!
-Yo la única solución que conocía y conozco es dejar de emitirla.
-¡Pues entonces eres un inútil y habrá que echarte, porque hay una máquina que la filtra a la salida de las chimeneas!
-Ya, y supongo que la noticia se la ha dado alguien de CleanAirTerra, de la Arriajo, muy posiblemente.
-Exacto, me he entrevistado con el señor de la Arriajo. Veo que les conoces.
-Sí, Arriajo y yo somos viejos conocidos de la época de la universidad. Una gran promesa de la investigación, lástima que se haya pasado al lado oscuro de la ciencia. Y también conozco su máquina y, créame, Don Julio, no vale absolutamente para nada.
-¡Pues aquí tengo un par de estudios independientes de prestigiosas universidades americanas que afirman categóricamente lo contrario!
-Es que en Estados Unidos también saben hacer estudios independientes de esos por nuestro método.
-¿Qué insúas?
-Nada, nada. Si es cierto que se está investigando el tema -a la lenta velocidad de la subvención oficial- y que, muy problamente, en unos años se tenga una solución efectiva. Pero, de momento, no la hay.
-Bueno, me da igual. Se va a aprobar una legislación que obligue a instalar esta máquina en todas las chimeneas de fábricas del país. ¿Tienes algún inconveniente?
-¿Yo? ¡A estas alturas, ya ninguno! Si quiere, hasta le hago un estudio independiente refrendando la utilidad del cacharrito.
-¡Pues mira, no estaría mal!
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