Los años setenta estaban pasando como mucha más pena que gloria para el Madridismo en Europa, y la cosas iría a peor hasta el final. Se cerraba la peor década blánca por continente, inéditos de títulos. El comienzo de la siguiente traería alegrías puntuales, pero dos momentos muy dolorosos: una tremenda goleada y la pérdida de esa final máxima tanto tiempo ansiada.
1977-Otro año insípido, se supera al Stal sueco por un 3-1 global, pero no se puede con el Bruja belga en octavos de final (global de 2-0). Los Belgas caen en la siguiente ronda, y el trofeo se va, por primera vez, para Liverpool.
1978-Este año no hizo falta olvidarlo porque, simplemente, no hubo nada que recordar. Por primera vez desde que se compite en Europa -23 temporadas- el Real Madrid no está presente. No se había ganado tal derecho: La Liga 76-77 había sido bochornosa, logrando una triste novena posición con 12 victorias, 10 empates y 12 derrotas. En la Copa del Rey, por su parte, el Hércules de Alicante nos había despachado en dieciseisavos. Trauma.
1979-Se retorna a la Copa de Europa, aunque el papel es triste: Tras barrer al Proges de Luxemburgo, el Grasshopper suizo nos elimina (se vence 3-1 en el Berbabéu, pero nos remontan con un 2-0 en Zurich). Trauma. Los suizos caen en la siguiente eliminatoria ante el Nottingham Forest, que acabaría siendo campeón.
1980-Prometedora trayectoria malograda con severísimo correctivo en forma de goleada (en Alemania, ¡cómo no!) Caen Levski búlgaro, Oporto y Celtic de Glasgow. En la seminifinal espera el Hamburgo.
La ida en el Bernabéu no estuvo mal, con una digna victoria por 2 a 0. Un resultado que se podía defender allí. Sí, se podía, pero no se pudo. La apisonadora alemana pasó por encima del Real Madrid y a golazo limpio: 1-0, después de claro y tonto penalty sobre Kevin Keegan, 2-0 en precioso remate de cabeza, un rayito de esperanza en forma de 2-1 -tras sutil remate del malogrado Cunningham-, 3-1 de tremenzo zapatazo desde fuera del área (este gol ya lo encajó Miguel Ángel, pues García Remón se había tenido que retirar lesionado), 4-1 de nuevo en remate de cabeza al más puro estilo "panzer alemán". Con este borrascoso panorama se llegó al descanso, aunque conviene recordar que un gol habría clasificado al Real Madrid. Pero el único tanto que llega es el 5-1 del Hamburgo. Trauma. El trofeo fue para el Nottingham Forest (¡ya se podían los alemanes haber guardado algún gol para la final!).
1981-Fue la temporada del casi, pero no;  de quedarse con la miel en los labios; de alcanzar la final 15 años después y sucumbir a las mismas puertas del trofeo.
Ante el "Madrid de los Garcías", habían caído el Limerick irlandés, el Honved húngaro, los soviéticos del Sparta de Moscú y el Inter de Milán (nuestro viejo y odiado amigo) en la semifinal. Esperaba el Liverpool en el Parque de los Príncipés de París. Tras 4 años seguidos de victorias inglesas en la Copa de Europa, ¿llegaría una quinta?
La respuesta es sí: el partido no tuvo mucha historia, y todavía menos fútbol. Ganó el que convirtió su oportunidad (algo muy común en la finales de aquella época). La blanca la tuvo Jose Antonio Camacho, en un mano a mano con el portero que se fue alto, y la de los "Red" vino tras una patada al aire de García Cortés en despeje fallido. Gol de Kennedy. Era el minuto 81. Trauma.   
Tras el retorno a una final -y pese a perderla-, se aproxima un periodo luminoso del Madrid en Europa. Se iniciará con la sombra de la derrota en una final de la Recopa, pero sangre nueva -y de increible calidad- estaba a punto de llegar al rescate de los "viejos rockeros". Esta mezcla explosiva de "veteranos y noveles" llevó al Real Madrid a su "Edad de Bronce" en Europa, la cual, con un poquito más de la siempre tan esquiva fortuna, podrían haber sido dorada.
No se pierda el próximo capítulo.
 

 
 
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