-¿De verdad hace falta que vayamos también al funeral, Azarías? ¡Si ya estuvimos en el tanatorio!
-¡Pues claro que hay que ir, hay que estar, en estos sitios se cuecen un montón de cosas!
-¡¿Pero de qué vais a hablar en una misa?!
-¡Pues de asuntos...Es un funeral de trabajo, mujer!
-¿Y hace falta que vaya yo?
-¡Por supuesto que sí, somos un matrimonio respetable que van a todas partes juntos! Es fundamental mostrar unidad.
-¡Mira qué bien!
-Y tú también deberías moverte un poco. Hacer nuevas amistades, cimentar las ya existentes...Esta gente nos interesa mucho.
-¿Qué amistades existentes, si a esas señoras las conozco de dos días?
-¡Sociable, sociable, tú sé muy sociable! Si queremos seguir prosperando, no nos queda otro camino.
-Pero si estamos bien como estamos...Con la fábrica ya tenemos de sobra, y no hace falta meterse en tantos líos.
-¡Hazme caso a mí, sociable, sociable! ¡Vas a ver cómo a la larga me lo agradeces!
-Mira, ya hemos llegado. Esa debe ser la iglesia.
-Bien, vamos. Y recuerda, compungida pero simpática. Llevando el duelo con serena dignidad.
-¿Qué duelo?
-¡Pues el duelo corporativo que tenemos todos en Garborsa! Te recuerdo que somos una compañía solidaria y con corazón. Bien claro lo dice en el libro interno de estilo: "Cuando uno de los nuestros se va, todos nos vamos un poco". Deberías repasarlo.
-Ya. Oído cocina.
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