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sábado, 29 de enero de 2011

Todos Iremos con Don Álvaro (y 17).

"...el solemne recogimiento y el sereno dolor con que la familia Aizbecoa como una piña velaba a su patriarca fueron bruscamente interrumpidos por la irrupción de un perturbado que, tras herir de bala a varias personas, pudo ser finalmente abatido por un escolta de don Arturo García-Quireña, consejero de Medio Ambiente y yerno de don Álvaro. El atacante, que resultó ser un mendigo sin familia con un amplio historial clínico de enfermedades mentales, ya ha sido enterrado..."

-¡Joder, Arroyuelo!, ¿cómo toleras que publiquen esta sarta de mentiras?

-¿Qué mentiras?

-¿Cómo que qué mentiras? ¡Pues que el que en verdad se lió a tiros fue el nieto, si hace unas horas lo tuvimos aquí detenido!

-¡Eso fue un lamentable error, un malentendido!

-¡Pero si hay más de veinte testigos!

-Un tanatorio de madrugada es un sitio muy oscuro, nadie pudo ver nada con claridad.

-Pero, ¿y la pistola?

-No hay pistola.

-¡Pero si la traías tú en una bolsa!

-Mira, Cabrales, que cada día te superas con tu estupidez...¿Recuerdas la llamada esa que recibimos de muy, muy arriba? Pues en ella nos comunicaron que el chico no había hecho nada, que el responsable era un mendigo sin familia que murió en el tiroteo y la pistola nunca se encontró, ¿comprendido?

-¡¿Pero quién se va a tragar ese cuento chino?!

-Por tu bien y el mío, todo el mundo.

-¡Pero esto es una escándalo!

-Bueno, no te lo tomes tan a pecho. Las cosas son como son, eso es lo primero que tienes que aprender si quieres llegar lejos...Y ahora pon la radio, a ver si nos ha tocado algo de la participación que me vendió el pesado ese.

-En fin, supongo que yo también haría cualquier cosa para librar a mi hijo de la cárcel...

-¡Que inocente eres, chaval! Aquí de lo que se trataba era de evitar un encándalo. Los tiroteos de familia están muy mal vistos en sociedad.

-¿Cómo es posible?

-¡No le des más vueltas, Cabrales! Hay que disfrutar de la vida siempre que se pueda y no agobiarse...Recuerda que, después de todo, al final todos iremos con don Álvaro.

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