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domingo, 2 de enero de 2011

El Día de los "Hijoputas" (2)

"A Sangre Fría" ("In Cold Blood"), así se llamaba el caballo sobre el que el mozo prevenía a Folksky de modo tan gráfico.

Muy probablemente, su primer propietario (el acaudalado empresario cárnico Lou Parker) estaría muy de acuerdo con dicha apreciación. ¿Cómo culparle? En su primera experiencia en el mundo hípico, se había gastado 900.000 dólares en el bicho cuando lo compró de potrillo de un año, precio de mercado por un animal de sangre tan distinguida y prometedora. Además, el caballo era más que imponente: enorme de tamaño, de poderosísima musculatura, de mirada desafiante...y con un pésimo carácter que hacía que todos los que tenían que trabajar con él le odiaran y respetaran a partes iguales.

Al año siguiente, "In Cold Blood" había debutado en el "Saratoga Maiden", actuación que era esperada con cierto interés en el mundillo, pues el potro se había mostrado poderoso en los entrenamientos. ¿Resultado? Decepción es poco. 15 participantes y "In Cold Blood" entró el 11. Interrogado, el jockey se limitó a encogerse de hombros y responder: "No le dio la gana". Su siguiente actuación vino un par de meses después, en la prestigiosa "Champagne Stakes". ¿Resultado? Todo un hipódromo puesto en pie ante la exhibición de fuerza y potencia del potro. Victoria por doce cuerpos de ventaja sobre el segundo. "Hoy si le ha dado la gana", sonrió el jockey. La siguiente carrera, el "Derby de Florida" no hizo sino confirmar las impresiones de la salida anterior: victoria con 10 cuerpos de diferencia. El señor Lou Parker, exultante, declaró a la prensa: "Señores, aquí está 'In Cold Blood', próximo ganador del "Derby de Kentucky".

¡Lástima que aquel día no le diera la gana! Era el gran favorito y entró el penúltimo. En los mentideros hípicos incluso corrió el rumor de que Parker bajó a la cuadra pistola en mano y que sólo las súplicas de rodillas de su esposas e hijas le salvaron la vida al equino. No obstante, a causa del tremendo disgusto, Parker decidió poner a la venta al caballo por los 900.000 pavos que había costado y olvidarse del a menudo ingrato mundo de la carreras. Comprarlo era toda una apuesta arriesgada, dado que si volvía a ser el de sus mejores tardes, la cantidad invertida se podía multiplicar por dos o tres, además de los futuros beneficios que daría como semental. Pero, ¿y si nunca volvía a ser el que fue? Entonces, era dinero tirado a la basura.

Una jugada muy arriesgada, de las que le gustaban a la anciana Mildred Thomas, del estilo de las que la habían hecho multimillonaria. Y, después de todo, su querido nietecito Mortimer le había pedido un caballo de carreras por su cumpleaños. Contactó con Parker y le ofreció 750.000. Al fin y al cabo, "no es nuevo, sino de segunda mano". Parker rechazó indignado la oferta, y, puesto que no hubo otras y que los días le había curado el berrinche, decidió darle otra oportunidad a "In Cold Blood", ahora en la "Preakness Stakes". Se trataba de la segunda prueba de la llamada "Triple Corona" (el "Derby de Kentucky" había sido la primera). Nueva decepción, berrinche todavía mayor para los Parker y opinión generalizada entre prensa y aficionados de que el caballo era insufriblemente irregular. A los pocos minutos de terminar la carrera, sonó el móvil de Parker.

-Le doy 500, amigo. ¿Qué me dice?

-Que sí, señora Thomas.

¡Maldita vieja ventajista!

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