Me da rabia que se piense que la palabra sabia, elegante o ingenioso está reñida con el mundo del deporte. Más allá de Valdano -para mí un ilusionista, que no un mago- ha habido todo un puñado de cerebros privilegiados que supieron mucho de deporte y ejercieron su cátedra con igual maestría en el banquillo y en la sala de prensa.
Uno de ellos, sin duda, fue Bill Shankly (que es lo mismo que decir Liverpool F.C). Entrenó y amó a su club entre 1959 y 1974. En otras palabras, el camino entre la mediocridad de la Segunda División inglesa y una primera fila mundial que aún pervive. Y no es que lo echaran, él decidió retirarse. Cuando la noticia se hizo pública, la conmoción en Liverpool fue tan grande que hasta los obreros de una fábrica amenazaron con ir a la huelga.
Presentado (si es que hacia falta), así nos explicó el fútbol este Gran Maestro:
"La santísima trinidad de un club son los jugadores, el entrenador y la afición. Los directivos deben estar sólo para firmar cheques".
"El fútbol es un juego sencillo basado en dar y recibir pases, controlar en balón y estar disponible para que te lo den. Es tremendamente simple".
"Algunos creen que el fútbol es sólo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso".
"El problema con los árbitros es que conocen las reglas, pero no el juego".
"Esta ciudad tiene dos grandes equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool".
"Un equipo de fútbol es como un piano. Necesitas a ocho personas que empujen para moverlo, y tres que sepan tocar".
"Si ganas la copa, pero no la liga, echa a los jugadores. Sólo han rendido al máximo un puñado de partidos".
Bill Shankly tiene una estatua en los aledaños del estadio de Anfield. Murió de un infarto en 1981. Dicen que su corazón no soportó ver al Liverpool ganar 3 copas de Europa sin estar él en el banquillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario