-Solemne promesa de remontada en el partido de vuelta: "Esta eliminatoria sólo tiene dos desenlaces posibles: o que pasemos nosotros, o que ellos no pasen".
-Defensa de una lección magistral de anti-fútbol total a domicilio, con el consiguiente sopor y 0-0: "Al que le guste divertirse y que ganen los buenos, que se vaya a ver una película de Walt Disney".
-Bravuconada previa a la victoria (presuntamente) segura y sencilla: "Nuestro portero remata mejor que su delantero y nuestro delantero para mejor que su portero".
-Explicar la derrota inexplicable: "El fútbol es un parchís con el dado redondo".
-Justificación de la derrota por penalties: "Podía ganar cualquiera...Cualquiera que supiera tirar un penalty".
-Ante la derrota clara, justa y contundente: "Al menos me quedo con la paz de espíritu que da ver que el fútbol también es justo de vez en cuando".
-Aceptación de la oferta irrechazable: "Si no firmo, soy tonto; y de tonto se gana bastante menos que de futbolista".
-Echarla la culpa al árbitro o sus acólitos (un clásico): "¿Cómo va a acertar en una decisión de décimas de segundo un tío que estuvo diez años de novio con su mujer y aun así se caso con ella?"
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