¿Qué consejos da un viejo universitario (11 añazos hará ya el viernes que me enfrenté a aquel último examen -"Historia de la Lengua Inglesa-) a un futuro universitario o seminuevo y de ocasión, que también los hay?
No lo hagas.
(Este chiste es robado de la revista de humor británica "Punch". Ellos lo titulaban "consejos a un futuro marido").
Hablando en serio, lo primero que debes hacer es solicitar ingresar en la Escuela Diplomática. Lo más seguro es que no te cojan, pero te darán la noticia a través de una carta que te tendrás que leer y releer varias veces para percatarte, con lo que el disgusto será mucho más suave.
Luego puedes pedir plaza en alguna ingeniería cualquiera, sin importar la especialidad. Termina y dale a tus padres la inmensa satisfacción de poder presumir de que su nene en ingeniero. Ideal para cualquier ocasión social.
O quizás lo tuyo es el Derecho. La única pega es que a la tan dramática pregunta postsuspenso de "¿Quién es usted para juzgarme?", puede que el catedrático te responda: "Un juez".
¿Por qué no Biológicas? Cinco años de tu vida para ser capaz de contestar con toda precisión y exactitud a la pregunta de tus futuros retoños: "Papá, ¿cómo se llama ese bicho?
Estudia Historia. ¿Quién sabe? Podrías acabar haciéndola.
La Filología Inglesa no te la aconsejo, a menos que quieras terminar un martes de Junio escribiendo un blog mientras intentas decidir qué diablos vas a hacer mañana con 3º de la ESO.
Hay dos razones por las cuales no fui a la Universidad de Cambridge. Una es que no me veía capaz de entrar en clase con tan tentador paisaje exterior. La otra ya se la imagina usted.
"Música a cuento de..." Pompa académica. Pues algo que suene a solemne apertura de curso (aunque realmente no lo sea). Los "Ambrosian Singers" interpretando el himno religioso "Jerusalem" (Siempre que lo escucho, doy gracias a Dios por ser creyente).
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