Pisar en "recién fregaó".

No hay manera más de canalla de sentirse un canalla, no hay modo más incómodo de sentirse incómodo, no hay mentira más mentira que el "no te preocupes" que te dan cuando te disculpas ("Perdona, que tengo que pisar"). Sabes que por dentro se están acordando de todos tus antepasados, empezando por el que hizo la Reconquista con Don Pelayo.

Es, por tanto, necesaria una legislación clara, concreta y contundente al respecto. ¡Que nadie vuelva a pisotear el trabajo ajeno! Si hace falta, que se impongan multas de envergadura para todos aquellos que estampen la marca de los Camper sobre el brillante embaldosado con la cara lavada y recién "peinaó".

O, simplemente, que se ponga en el tablón de anunciós el oportuno cartelito: "Horario de fregado. Por favor, se me organicen para no transitar por el hall del edificio a dicha hora".

Ya sé que todo esto que escribo hoy parece un poco surrealista pero es que...¡odio pisar en "recién fregaó"!

"No pasa nada. Si le tengo que dar otra pasada de todos modos porque está muy sucio". (Aunque más sucia es tu madre, pedazo de ...).