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lunes, 7 de abril de 2008

La paradoja del periodista de investigación. (¿Puede la verdad nacer de la mentira?)

"Para obtener este impactante documento, nuestro reportero se hizo pasar por..." Lo escuchamos con frecuencia. Se llama periodismo de investigación y, a menudo, incluye toda una misión secreta al más puro estilo James Bond.

Pero el razonamiento que yo me hago es este:

1-El periodista dice ser quien no es para sacar la información.

2-Quien dice ser quien no es, no dice la verdad.

3-Quien no dice la verdad, miente.

4-Quien miente, es un mentiroso.

Conclusión: se nos presenta una información avalada por un mentiroso y se pretende que la creamos. ¿Debemos? ¿Podemos creer que alguien que ha recurrido al embuste para obtener unas imágenes renunciará a él a la hora de hacer su reportaje más jugoso? No lo olvide, no hay mentira más perversa que una verdad a medias o un hecho maquillado en su contexto.

"A mi mis clientes me dan igual, lo que me importa es el dinero", resultaría una declaración escandalosa de labios de un abogado, pero quizás lo ha dicho precedido de: "Lo que yo nunca puedo pensar es...". Se esfumó el escándalo, se esfumó el reportaje.

Por no hablar de la iracunda reacción del famoso que asalta al cámara. ¿Qué le han dicho o hecho? Nunca lo sabremos. Quien hace la edición del vídeo, hace la trampa. Todo lo que nos queda es recordar que en los medios nada es verdad ni nada es mentira. Es, simplemente, comunicación en búsqueda desesperada de público. Porque sin público no hay anunciantes y sin anunciantes nos vamos todos a la lona.

Los ilusionistas abandonaron los escenarios de los cabarets para inundar las redacciones de informativos. No crea a sus ojos. Mire fijamente a la imagen durante un minuto y sorpréndase.

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