Buscar en Mundo Jackson

domingo, 13 de enero de 2008

Lo subliminal es sublime.

Publicidad subliminal. Unos dicen que es una patochada de categoría olímpica, otros afirman que está demostrado científicamente su hipnótico poderío y nos advierten de lo nocivo que resulta su efecto para nuestros bolsillos.

Personalmente, me siento razonablemente satisfecho de mi resistencia a sus encantos y presumo de que no ha nacido el creativo que me venda un coche o me haga beber fermentado o destilado alguno (así se llama al alcohol en fino). Aunque desde mi Club de Detractores dirán que "no merece la pena hacer anuncios para bichos raros como tú".

En cualquier caso, voy a hacer un pequeño experimento, y dentro de unos meses veremos cuál es el resultado.

<

No hay comentarios: