¿Alguien se ha parado a pensar en las pobres menopáusicas con (y sin) poderes mágicos que conformar la base de la plantilla del "Malos del Cuentos F.C."? Sus fechorías, de serlo, son sólo fruto, por ejemplo, de la inseguridad y el miedo a que la juventud se les escape de las manos como el mercurio (líquido) o el temor de que sus amadas niñitas no encuentre en el marido adecuado. La señora de "cincuenta y" que esté libre de estos pecados, que pegue la primera pedrada.
Por tanto, amiguitos y amiguitas, un poco de empatía y comprensión,que el pobre lobo de Caperucita también tenía derecho a comer, ¿no?

Por culpa de la Cenicienta esta de los huevos no voy a colocar a mis niñas. !Hay que joerse!
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