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jueves, 6 de diciembre de 2007

Bilingües de lenguas bífidas.

Levante una piedra y encontrará treinta o cuarenta sujetos que aseguran ser absolutamente bilingües en inglés-español, español-inglés. Parece que hoy en día todo el mundo habla el idioma de Billy Miller (carnicero de Bristol Sur) a la perfección, o eso se creen ellos. ¿Por qué tal ilusión?

La principal razón es lo tremendamente educadas que son las hordas anglo-sajonas, pese a que tantos se empeñen en abogar por el bando contrario. No importa lo mal que hables inglés, siempre te felicitarán por lo bien que lo haces. De hecho, parecen un profesor que premia más el esfuerzo que la sabiduría, pues, cuanto peor hablas, más se esfuerza por hacerte creer que lo haces bien. Consecuencia: Todo el mundo llega del fin de semana en Londres cantando victorioso: "¡No veas lo bien que me entendía con la gente!"

Además, no importa la cantidad y el calibre de los errores que cometas, jamás te corregirán. Es lo más educado (y lo más cómodo). Resumiendo: no serás bilingüe de verdad hasta que el nativo creo que eres realmente de allí, o que te criaste o que tu madre londinense te enseñó inglés desde la cuna...y por tanto no vea necesidad de felicitarte.

Moraleja de nuestro cuento de hoy: Si no es capaz de traducir instantáneamente esta frase al inglés: "Como el profe de Filo se cosque de que le he fusildo el trabajo de cabo a rabo me voy a cagar", usted no es bilingüe de la vida ni es nada, caballero.

Uno de los estereotipos más entrañables: el típico turista español en el Reino Unido, también conocido como "Gimochu", palabra creada por mí y que mezcla GUÍa, MOchila y CHUbasquero.

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