Y por sólo 5 millones de dólares más, llévese este fantástico señalizador laser para su nuevo F-16.

Las armas se venden, eso no es un secreto. A particulares y gobiernos. Pero, ¿cómo? ¿Es como cualquier otro producto? O sea, un presidente, dictador o similar recibe una llamada en su domicilio a las 16:34 en plan:

-Buenas tardes, ¿podría hablar con el Coronel Carrascosa?
-Sí, soy yo.
-Buenas tardes, mi coronel. Soy Daisy y le llamo en nombre de Grumman Corporation. El objeto de mi llamada es informarle de que su vecino del sur recién adquirió 36 aviones de guerra modelo Su-27C, de excepcionales características en el combate aire-aire y aire-tierra. ¿Sabía usted esto, mi coronel?
-Sí, algo he leído.
-También nos indican nuestros informes que su avión de combate más moderno es el F-5E, adquirido en 1986 y el cual es objetivamente muy inferior al Su-27C de su vecino. ¿No ha pensado en renovar su flota, mi coronel?
-Pues...
-Tengo muy buenas noticias para su excelencia. Ya que Grumman Corporation, preocupada por la seguridad de su país, le ofrece 24 cazas de última generación modelo F-14D, excedentes de la Marina de los Estados Unidos, por el increíble precio de 30 millones de dólares unidad. Además, si realiza su compra ahora mismo, y como oferta especial, Grumman Corporation le regala un lote de 50 misiles aire-aire y seis meses de repuestos y mantenimiento in situ. ¿No le parece una gran oferta, mi coronel?
-Hombre, no está mal.
-¿Formalizo, pues, ya el pedido, mi coronel?
-Bueno, de momento no. Es casi sí, pero llámeme mañana, que me lo tengo que consultar con mi mujer.


El F-14, si yo fuera usted, lo compraría, mi coronel. Claro que si yo fuera usted, también liberaría a todos los presos de conciencia de sus cárceles.