Buscar en Mundo Jackson

viernes, 16 de noviembre de 2007

La historia más tópica jamás contada.

Odio los tópicos, aunque suene a tópico. Hacen que nuestra vida sea pobre y conservadora y nos alejan irremisiblemente de todo lo que sea creatividad. No decimos lo que pensamos, sino lo que pensamos que tenemos que decir. Para eso, mejor no decir nada.

Es mejor callar en el ascensor que: "parece que no termina de llegar el inviernos"; preferible la boca cerrada a "los niños de ahora, ya se sabe, no valoran nada" en la visita al tutor y, por favor, eviten a toda costa el chiste que saben positivamente que alguien escucha una y otra vez. No más "a ver como tienes hoy el salchichón, Manolo" al charcutero, por mucho que la parroquia sesentona celebre la gracia a diario.

¡Y basta ya de tópicos! Es muy tópico usarlos para intentar hacer reír. Está muy visto lo de retratar nuestras vidas diarias, tan iguales pese a que nos duela reconocerlo, y conseguir que el público se carcajee asintiendo con la cabeza.


Topicazo masculino en estado puro. Mas una pregunta me formulo: si las chicas guapas son todas tontas, ¿por qué todavía no he conseguido engañar a ninguna para que se case conmigo?

No hay comentarios: