Como demostración de que incluso el personal más selecto y entrenado puede tener una mala tarde. Escenario: un porta-aviones de la Marina Norteamericana. Protagonistas: un piloto que no tiene su día y un avión de mucho millones de dólares.
Chapa y pintura saldrán por un pico de muchísimos dólares. Es lo que tiene tener los cazas a terceros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario