3.A
workbook goes missing.
Había pasado la primera semana y el Big Ben fue, al menos,
sobreviviendo en términos docentes. Desde luego que aquello que no
era como él se lo había imaginado. Pero, de nuevo, estaba
acostumbrado a que sus sueños se cumplieran de un modo bien
diferente a como él había creído que serían. En resumen, que, en
términos generales, estaba casi satisfecho. Además, seguro que con
la experiencia de los años, las cosas mejorarían (esta convicción
es un error muy común en los inexpertos).
Y entonces paso lo del mote. Ya le habían advertido, por lo que no
podía decir que le había pillado por sorpresa, pero, pese a que
había intentado prepararse mental y emocionalmente para el trance,
había llevado todo aquello peor de lo esperado. Seguramente, porque
en el fondo había pensado que él se iba a librar, que sería un tío
tan majo que los alumnos se apiadarían de él y no verían la
necesidad de motejarlo cruelmente. Obviamente, no se había enterado de
la cosa por los propios alumnos. Había sido, como en las películas
de guerra, el cura el encargado de ser portador de tan nefasta
noticia.
-Por cierto, ¿sabes que los alumnos te han puesto un apodo? -dijo el
Profeta con una sonrisa, intentando quitarle todo el hierro posible
al asunto.
-¿Un apodo? -dijo el Big Ben, sorprendido, o, para ser más
precisos, conmocionado.
-Sí, es normal. No eres profesor si no tienes uno, es una especie de
bautizo del maestro.
-Y, ¿cómo te has enterado?
-Esas cosas se acaban sabiendo.
-Ya.
-¿Quieres que te diga cómo te llaman?
-Claro.
Claro que no quería saberlo pero, ¿qué escapatoria cabía?
-El Big Ben, ya sabes, por lo del reloj del primer día...
-Sí, sí, claro...
¡Maldito reloj mil veces maldito!
-¡Pero quita esa cara, hijo! Yo cuando me enteré de lo del Profeta
también me quedé un poco chafado, pero luego te acostumbras y hasta
te hace gracia.
-O, a lo mejor, se pasa la novedad y dejan de llamarme así.
¡Tan improbable!
-Tranquilo, chico. Con el tiempo dejará de importarte.
Sí, pero, ¿cuánto tiempo era el tiempo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario