Buscar en Mundo Jackson

sábado, 28 de junio de 2014

La Muerte Diluida en Tinta Azul (y 5).

Guz-Aspite Margarito, el eminente y reputado Guz-Aspite Margarito, tenía que elegir entre perder su libertad o su prestigio. Evidentemente, eligió lo primero, aunque dudó unos segundos.

-Los alumnos llevábamos tiempo denunciando esta situación, que Guz-Aspite Margarito hacía lo que le salía de las pelotas con sus calificaciones, que ni se molestaba en leer los exámenes, que en las revisiones se ceñía a "su criterio" para justificar como incorrectas respuestas que no lo eran... Pero, claro, ¿quién en la universidad iba a investigar al gran Guz-Aspite Margarito?

El comisario repasó el texto que ya había leído un par de veces, la parte del examen donde -en mitad de una respuesta- se detallaban el paradero de la niña y la intención de matarla tan pronto como salieran los resultados de ese examen.

-¿Tiene algo que decir?

Guz-Aspite Margarito levantó una mirada que llevaba minutos anclada en el suelo y se limitó a negar con la cabeza.

-Como comprenderá, es mi obligación poner esto en conocimiento de las autoridades judiciales y académicas.

-¡No, señor comisario, -interrumpió el estudiante asesino- quien se tiene que enterar es la prensa, que de esos este pájaro no podrá escapar!

-No es preciso -dijo Guz-Aspite Margarito-. Les voy a dar a ustedes un aprobado general y voy a presentar mi renuncia a la cátedra...por motivos de salud. Pero, por favor, que esto no sepa...

-¡Qué bien, ya soy abogado pues! -el tono de voz delataba más alegría por haber derrotado a su enemigo Guz-Aspite Margarito que por haber terminado la carrera.

-¡Enhorabuena, seguro que sus conocimientos serán muy útiles en la cárcel donde se va usted a pudrir! -el comisario estaba perdiendo la calma mucho más de lo que él era costumbre-. ¡Agente, quite a este sujeto de mi vista!

El mismo circo de micrófonos, empujojes y flashes a la salida. La misma cara de póquer.

-¿Algo que declarar, señor comisario?

-¡Que cómo está la universidad, señores!

No lo había podido evitar.

No hay comentarios: