Buscar en Mundo Jackson

viernes, 26 de julio de 2013

La Fuga de Tadeus Brady (8).

Tadeus estaba muy nervioso. ¿Cuándo había sido la última vez que lo había estado tanto? De hecho, ¿cuándo había sido la última vez que había estado nervioso? El alcaide había prometido ir a darle novedades lo antes que le fuera posible.

Y ahí estaba...

-¿Cómo fue, alcaide?

-Bien, muy bien...El médico dice que murió rápido.

Por el aspecto del alcaide, estaba claro que Tadeus no era el único que estaba teniendo una muy mala noche.

-Bueno, ya pasó, Mitch.

Era la primera vez que Brady llamaba al alcaide por su nombre de pila. Era algo nada apropiado si uno se atenía a las normas de la cárcel, pero a Brady le salió del alma con toda naturalidad, y del mismo modo lo aceptó el alcaide.

-Lo malo es que vendrán otras.

-¡Pero no piense ahora en eso!

Ver cómo a un alcaide hecho y derecho se la saltan las lágrimas impresiona hasta a un curtido asesino.

-No es agradable...Nada agradable, ¿sabes?

-¡Piense que la alternativa para ese tió tampoco era el paraíso, se lo digo yo, que sé bien de qué hablo!

-¿Preferirías estar muerto?...Perdón, no debería haberte hecho esta pregunta.

-Tranquilo, Mitch...En cuarenta y un años que llevo metido aquí he tenido tiempo de desearlo todo. Lo que está claro es que lo que hice fue horrible, y el castigo debía de ser acorde. Me merezco esto, Mitch....¡Me condenaron a pudrirme entre estos cuatro muros y eso estoy haciendo!...Sin embargo, no me gustaría morir encerrado. Aunque fuera unas horas, me gustaría volver a ser libre.

-Eso sólo te lo podría conceder el gobernador.

-¿El indulto? ¿Cree que un tío que acaba de mandar freír a un hombre por matar a un policía en un tiroteo me iba a conceder a mí -a un asesino de ancianas- el indulto?

No hay comentarios: