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viernes, 28 de junio de 2013

Los Casos de Woodchat Shrike: Algy, "el Afortunado" (1).

"Algernon Cornell", esa era la pista que mi amigo Woodchat me dejaba como llave de su siguiente relato. Tras iniciar la pertinente investigacíón, no hallé mucho donde agarrarme.

Algerno Cornwell, alias "Algy, el Afortunado", había sido un ludópata especializado en las carreras de caballos que había matado a su anciana casera para robarle dinero. La señora superaba los setenta y, para colmo, Algy se gastó todo el fruto de su fechoría -que tampoco fue tanto- apostando esa misma tarde en el hipódromo. Con estos antecedentes, nadie puso demasiadas pegas a que fuera condenado a la horca, y fue pasaportado a finales de 1949, sin duda por Woodchat.

Como el perfecto pobre diablo que era, nadie reclamó el cuerpo de Conrwell, y, según la prensa, había sido enterrado en un cementerio local por una organización benéfica.

Me personé en el campo santo en cuestión, con la esperanza de que la tumba de aquel tipo me concediera algún tipo de inspiración que guiara mis pasos por la senda correcta.

Lo más sencillo habría sido preguntar, pero tenía la tarde libre y me apetecía jugar a encontrar la lápida en cuestión. ¡Menudo pasatiempo más tonto y macabro! Quizás estaba leyendo demasiadas historis de Woodchat...

Pero el juego duró poco. Sorprendentemente, la tumba de un don nadie ahorcado había más de medio siglo destacaba por encima de todas las demás: estaba limpia, impoluta, perfectamente cuidada, y tenía flores frescas.

¿Quién se tomaba tantas molestias por un asesino de ancianitas?

-¿Sorprendido?, ¿no lo esté, hasta los que cometen los más terribles pecados encuentran quién se apiade de ellos!

Me giré. Aquel sacerdote huesudo con gafas de despistado me había leído el pensamiento.

-¿Sabe usted quién es esa alma caritativa?

El cura sonrió.

-Yo mismo. Se preguntará por qué...Bueno, fue una misión que me encomendó mi predecesor antes de marcharse con el Señor hace pocos meses.

Parecía que el cura tenía ganas de hablar y yo, desde luego, de escuchar.

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