Buscar en Mundo Jackson

viernes, 17 de febrero de 2012

Deme Algo, Don Álvaro (2).

-¡Jo, macho, va a estar complicado enseñarle a esta gente algo de cómo hay que poner la mano!

-Sin duda, les sale con naturalidad, lo llevan en la sangre, es como los brasileños con el fútbol.

Espinosa y Palomero habían decidido supervisar personalmente el proceso de formación de los pedigüeños, pero estaba claro que poco podían hacer para depurar su técnica, labrada a golpe de experiencia de generaciones de profesionales del ramo. No obstante, un equipo de expertos en marketing directo, estilismo y comunicación no verbal consiguieron pulir los mínimos defectos que tenía esa gente -además de unificar técnicas y criterios-, con lo que lograron crear un auténtico ejército de pordioseros de élite, el "dream team" de la mendicidad urbana.

Ya tenían a la mejor plantilla, ahora sólo quedaba plantear el partido.

El centro neurálgico de todo aquello era una sala presidida por un inmenso mapa del centro clavado a la pared. En él, estaban marcados infinidad de "puntos calientes": salidas de mercados e iglesias, esquinas significativas y otros lugares donde se estimaba que podía haber "negocio". Cada uno estaba distinguido con su propio número identificativo, y cada zona tenía su responsable asignado, encargado de recoger las ganancias e informar a la central de la marcha de las actividades y de posibles cambios de emplazamiento y mejoras en general.

Además, todo el plan disponía de un entramado de apoyo, que incluía "ganchos" encargados de incitar a la gente a dar limosna a la voz de "pobrecillo, vamos a echarle algo, señora" o "acompañantes", que garantizaban que no hubiese problemas de seguridad y mantenían apartados a los entrometidos integrantes de las organizaciones benéficas, periodistas y estorbos en general.

Por último, también se había creado un negocio paralelo, por el que, a cambio de una módica cantidad, cualquier establecimiento se garantizaba que no hubiera nadie pidiendo a la puerta (que se eso siempre da mala imagen).

-¡Bueno, Don Álvaro, ya está la cosa en marcha! Ahora sólo queda ver cómo funciona.

-Excelente, Espinosa, excelente.

No hay comentarios: