-¡Que vayan preparando reediciones de mis libros, que van a hacer falta en las librerías!
A Francisco Martín Cornejudeña siempre le había preocupado eso de que sus últimas palabras estuvieran a la altura del resto de su obra en cuanto a memorables e ingeniosas. Son obsesiones de escritor.
Pero aquéllas tampoco lo iban a ser. Tosió con resignación y giró los ojos hacía la enfermera, que le ofrecía la enésima medicina.
-¡Ande, don Francisco, deje de decir tonterías y tómese esto!
-¡De tonterías nada, más de 50 años escribiendo a diario, y ahora sólo se encuentra uno de mis libros en las tiendas, y porque creo que lo mandan leer en los colegios! Pero espere a que la palme, y ya verá cómo les da por sacar mis obras completas otra vez.
-Sí, es fascículos.
-¡No me sea usted tan chula, Adoración!
-Es que una es de barrio, don Francisco.
-También te reeditan si te dan un premio gordo, pero ya sabe usted que a mí esa lotería nunca me tocó, ¡y eso que siempre estaba en todas las quinielas!
-¡Pero hicieron un par de películas muy bonitas de sus libros!
-Sí, dinero fácil. Les vendí el título, el argumento, los personajes y la potestad para hacer con ellos lo que les dio la real gana, hasta cambiar los finales. ¡Valiente puta de las letras estoy hecho!
-Bueno, ahora intente descansar.
-¡Eso llevo tratando de hacer desde hace días, pero a este cuerpo mío no le da la real gana de morirse!
-¡Ande, ande!
-En fin, por lo menos me volverán a leer, que es lo que realmente le importa a cualquiera que junta más de dos letras con un poco de sentido y mucho corazón.
-¡A dormir!
-Allá voy pues, a vivir la aventura más apasionante y misteriosa de la vida, que es eso que llaman "muerte"...¡Qué rabia no poder contarla en un libro, coño!
Y ésas fueron.
En el velatorio, todos -hasta los editores que ya preparaban apresurados una reedición de sus obras completas- coincidieron en señalar que Martín Cornejudeña tenía una expresión de gran paz y satisfacción en el rostro.
Debía de ser que, al final, había quedado satisfecho con sus últimas palabras.
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