-¿Se acuerda de los Embutidos Chopete? En efecto, "Embutidos Chopete, están de rechupete". Esos que nos daban de merendar nuestras mamás a usted y a mí, que ya vamos teniendo una edad. Pues resulta que hace un par de horas se ha anunciado que la fábrica cierra definitivamente, que aquello no tiene solución. Más de mil puestos de trabajo desaparecen. ¿Y dónde creen ustedes que estaba el bobalicón de Jorguito Piñaceirita? Pues a un par de kilómetros de allí, visitando la fábrica de Lácteos Romera, que debe ser la empresa más solida de toda la región, dirigida ejemplarmente por don Azarías Romera, un grandísimo industrial...Así que, ya ven, los trabajadores de Chopete concentrados a la puerta de la fábrica, pidiendo desesperados una solución, y Piñaceirita mientras degustando quesos y luego marchándose a casita en su flamante cochazo...Miren, señores, esto es que clama al cielo. ¡No te enteras, Piñaceirita! ¡No tienes ni repajolera idea de dónde hay que estar!...Es que no sé qué es peor, amigos, que salga este individuo o que vuelva a salir Carlitos Ruiz. Porque Carlitos nos ha hundido la región, que Chopete es una más de tantas, pero es que el merluzo de Piñaceirita, es que nos puede dar la puntilla...¡Recen lo que sepan!
Azarías Romera estaba tan contento que comenzó a aplaudir. Tendría que hacer que su secretaria llamara de inmediato a la radio para que le proporcionaran copia del programa. ¡Era maravilloso! Vicente Garguela, la voz de las personas respetables, el líder espiritual y radiofónico de la gente de orden y de bien, había citado en las ondas a su empresa y a él mismo, ¡y en términos tan elogiosos! ¡A Alvarito, tenía que llamar a Alvarito de inmediato!
Don Álvaro y sus hombres también estaban escuchando la radio. Don Álveto tomó otro sorbo de su destilado seco de marca y sonrió satisfecho.
-Este Garguela es el mejor.
-Sí, se ha acordado hasta de citar a "El Paleto".
-¡No poco contento se va a poner!
Rieron todos. En ese momento, sonó el teléfono.
-Sí...¡Hombre, Nico! Sí, yo también lo estaba escuchando...Sí, a pedir de boca, sí...Por cierto, ¿qué vas a hacer con la fábrica? Si me haces un buen precio, igual te la compro...¡No, no para seguir haciendo embutidos, no me jodas!...¡Esa mierda, hace 40 años puede, pero ahora los niños te la tiran a la cara!...Oye, espera que llama mi secretaria por la otra línea...Dime, Jenny.
-Don Álvaro, el señor Romera.
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