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miércoles, 23 de marzo de 2011

Vocablos Fascinantes Cubiertos de Óxido: "Facundia y sus Facundos".

El silencio es oro, máxime en estos tiempos en que el aire está tan saturado de ruido, del artificial de las máquinas, y del natural que producen (producimos) comunicando todo tipo de información a chillido en berrido en un vagón de metro, o a través del móvil por la calle.

Lo malo es que tanta información pregonada rara vez pasa control de calidad.

Así es, demasiadas veces abusamos de la Libertad de Expresión, expresando ideas sin pensar, ideas superfluas, que se sueltan más por el miedo al peligroso silencio que porque sean dignas de mención.

¡Qué facundia generalizada, pues!

(Facundia: Afluencia, facilidad en el hablar).

¡Menudos facundos estamos hechos!

(Facundo: Fácil y desenvuelto en el hablar).

Por tanto, si no tiene nada que decir, no diga nada. Disfrute del silencio, saboree el dulce sonido del tic-tac de su reloj de imitación, el latido de su propio corazón recordándole que está vivo, el canto lejano de un insensato pájaro recién llegado a la ciudad que no sabe donde se ha metido.

Apague el móvil, aparque el cotilleo, deje para más tarde ese comentario, o, incluso mejor, déjelo para nunca.

En resumen, domemos a nuestra lenguas, controlemos nuestra facundia y reservemos la precisa mecánica de nuestra producción gramatical encarnada en dulce voz para los momentos memorables, para decir sólo lo que ni se puede ni se debe callar.

O, al menos, en vez de decir: "¡Que charlatán eres!", afirme: "¡Estás hecho un facundo de cuidado!"

Que así suena más bonito.

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