-¿Se puede saber de dónde vienes a las 5 de la mañana?
-De entrevistarme con unos jockeys.
-¿A las 5 de la mañana?
-Esa gente tiene ese horario de oficina.
-¿Oficina?
-Quien dice oficina, dice club nocturno.
-Mira, creo que te estás tomando todo esto de la escultura del caballo demasiado a pecho.
-¡Tonterías! ¿Sabes que ninguno de los tres es capaz de ponerse de acuerdo? Uno dice que no se podía hacer nada, que "Greyfriar Abbott" era invencible; el otro dice que se equivocó en el monta de "Perfid Albion" en el Derby; el de más allá, que el "Arco del Triunfo" que él perdió estaba bien perdida, pero que "Perfid Albion" debió ganar el King George VI...
-¿Por qué no esculpes a ese dichoso bicho, cobras y te olvidas del tema?
-¡No puedo trabajar todavía! Mi misión es capturar en una obra toda la belleza, el esplendor y la leyenda de "Greyfriar Abbott", y para hacerlo, he de saberlo todo sobre "Perfid Albion". La grandeza del guerrero -de cualquier guerrero-, está definida por la grandeza de aquellos a quienes derrota.
-¿Qué haces?
-¿No lo ves llamar por teléfono?
-¿A quién?
-He conseguido el número de la finca donde vive "Perfid Albion". Ya está muy viejecito, pero está, y yo necesito conocerle.
-¡Por el amor de Dios, que son las cinco de la mañana! ¡Vas a despertar a esa pobre gente!
-¡Cómo se nota que no sabes nada de caballos, querida!
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