Buscar en Mundo Jackson

viernes, 20 de noviembre de 2009

La Presentadora y el Malentendido.

La cabeza del crio apenas asomaba por el respaldo de la silla, mientras que sus pies se columpiaban sobre el suelo del plató. Las manos se aferraban con cierto nerviosismo a los reposa-brazos, y los ojos miraban con precaución y sorpresa a la estilosa presentadora.

-Señoras y señores, hoy tenemos con nosotros a un invitado que nos va a ofrecer su estremecedor testimonio. Es tan sólo un niño, pero ya ha vivido más que la mayoría de los hombres. Ha sufrido en su frágiles carnes la violencia, la guerra, la injusticia...Por razones obvias, ustedes sólo le verán de espaldas y le llamaremos por un nombre ficticio...Buenos días, Baraka.

El niño escucho con gesto concentrado la traducción que le llegaba a través del auricular y devolvió el saludo con timidez.

-Baraka, aquí tengo un informe que nos relata tu estremecedora historia. En él, se nos cuenta cómo un día la guerrilla entra en Kansawiti, tu poblado, y masacra despiadadamente a hombres, mujeres y niños...¿Cómo conseguiste escapar a un muerte segura?

En la misma concentración de antes, el niño fue siguiendo la traducción simultánea. Poco a poco, el gesto se volvía de mayor confusión y sorpresa. La presentadora pensó para sí que debería haber eliminado cierto vocabulario complejo de su pregunta. ¡Pobre traductor!

En eso, el niño empezó a negar con la cabeza y a repetir una frase con aspavientos de alarma. La presentadora esperó impaciente la traducción.

-¡Kansawiti no es mi poblado! ¡Yo soy de Ngaba!-resonó con acento de todo el mundo y de ninguna parte la voz del intérprete.

Definitivamente, algún redactor del programa se iba a ir a la calle ya mismo.

-¡Vaya fallo, más tonto,Baraka! Bueno, pues cuéntanos qué pasó en tu poblado.

Apenas terminada la traducción, el niño liberó una verborrea incontenible y gestual que puso a prueba todas la pericia del traductor.

-Lo de mi pueblo es muy aburrido, mejor te cuento lo de Kansawiti. Atacamos veinte, y pillamos a esos cabrones amigos del gobierno sin protección. Yo entraba a una casa, si había alguna chica linda que me gustara, la violaba y luego la mataba; a la demás gente, la mataba directamente. ¡Me lo pasé genial! Pero mejor fue lo de la emboscada a los misioneros, ¿quieres que te la cuente?

La presentadora no sabía exactamente cómo actuar. De hecho, lo único que tenía claro era que alguien en la redacción había firmado su sentencia de muerte al escribir aquellas tarjetas que tenía en sus manos.

No hay comentarios: