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domingo, 29 de noviembre de 2009

Gracia del Río (Un Pueblo con Poco de Ambas): El Padre Cyrano.

La corbata se vuelve soga de nudo corredizo en los cuellos de la España profunda y garrula. Y, para colmo, el pantalón pica que te cagas.

Así se sentía el pobre Olegario García (ya sabe, el mayor del S'abolla mediano), enfundado en el traje de las ceremonias. Bostezó desde lo más profundo de la iglesia y volvió a mirar el reloj, como intentando intimidarlo para que corriera más deprisa.

El marco de tanto tedio era la Primera Comunión de la sobrina de Olegario. Comunión declarada de alto riesgo, por aquello de que se presentaran los "Amostachaos" a reventarlo todo, y, como tal, el cabo Requejo había pedido refuerzas (en concreto, había bajado del pueblo más cercano otro guardia civil).

Terminada la ceremonia, Olegario se hizo el remolón hasta que la iglesia se quedó desierta y, entonces, se aproximó al oficiante.

-Padre, que me gustaría que me corrigiera esto, a ver qué le parece.

El Padre Cosme tomó el arrugado papel.

-¿Quieres que te explique el recibo de la luz?

-Por detrás, padre, por detrás.

El cura leyó detenidamente, con el esfuerzo que la desentrenada caligrafía, la carencia de ortografía y la peculiaridad estilística exigían. Al final, se dio cuenta de la situación:

-¡Un poema, has escrito un poema!

-Sí, para la que usted ya sabe.

-Entiendo.

-¿Qué le parece?

El padre Cosme sabía de literatura, mucho, muchísimo más de lo que usted se imagina(pero no puedo entrar en más detalles). Al final, fue lo más diplomático que pudo:

-Es muy sincero.

-¿Eso es que está bien?

-Sí, hijo. Todo lo sincero es bueno.

-Pero...Igual usted le cambiaba un par de cosillas y me lo apañaba mejor.

Lo que le faltaba, de Cyrano de Bergerac de provincias. Pero, ¿qué podía hacer? Lo de ser cura tenía esas cosas. Al fin y al cabo, el Amor era la piedra angular de su Empresa.

-De acuerdo, pásate por la sacristía después del convite.

-¡Gracias, padre, que es usted un santo!

-¡Hombre, gracias a ti por el ascenso! Y por hacerme crecer la nariz.

-¿Mande?

-Nada.

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