Todo el mundo es bueno, lo malo es que las circunstancias nos pierden. (Fíjese, si no, en Adán y Eva, que era unos auténticos pedazos de pan, hasta que llegó la serpiente y los lió).
Son las mismas circunstancias que permiten que haya gente que -sin el más mínimo sentimiento de culpa- mata en cadena, roba en plan mayorista o, a menor escala, le hace la vida imposible al vecino del quinto.
Pero, lo crea o no, a muchos de esos individuos les llega el día en que se dan cuenta del daño que han hecho, normalmente porque se ven libres de esas circunstancias tan perniciosas. Y es una auténtica bofetada.
La misma sensación que tuvo el Iscariote y que le llevó al suicidio.
Bofetadas de Judas, brutales en mayor o menor medida...La forma más pura de Justicia.
"Hombre Desesperado" de Gustave Courbet.
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