Entre tanto valor y virtud suelto en esta sociedad nuestra de hoy en día, a la pobre Fe parece que le cuesta hacerse un hueco.
Quizás porque suena a religión y curas, a eso que hubo que perder en paralelo con la virginidad para dejar atrás el colegio de corazonistas-teresianas y convertirse en uno de esos que dicen llamarse adultos.
Quizás porque suena a derrota inminente, a palabras de entrenador que sabe que el partido está perdido, pero tiene la vergüenza torera de no admitirlo ante sus muchachos ("¡Vamos, vamos, todavía podemos! ¡Hay que tener Fe!")
En cambio, a mí, lo de la Fe siempre me ha sonado a música de la bonita, como a que hay ciertas cosas en las que hay que creer como una necesidad vital. Sin datos, sin razonamientos, sin garantías...sólo porque te lo manda el corazón.
Sí, bien bonita. Tanto, que creo firmemente que una persona que no tiene Fe en nada está muerta. Porque la Fe empuja, porque la Fe se lía a guantazos con nuestros miedos, nuestras incertidumbres, con nuestra amargura....
Aunque sea en su equipo de fútbol, pero procure tener Fe. Aunque pierdan, pierdan y vuelvan a perder, usted siga con su Fe.
Que ya ganarán. (y a los que le llamen iluso, les saca usted un pasaje en business a la mierda con Air Tupuñeteropadre).
¡¡¡Pues claro que se puede, joé!!!
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