Vale, de acuerdo. Supongamos que Dios no está detrás de la Biblia. (Después de todo, para ustedes, no está detrás de nada). Pero no me pueden negar que alguien (o "álguienes") tuvo que escribir el libro.
Tuvieron que ser personas, ante todo, de un corazón de pata negra. Porque lo de "amaos los unos a los otros como yo os he amado" o "perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen" no son reflexiones al alcance de los pechos opacos.
Además, debían ser increíblemente consecuentes, por aquello de "ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio" o "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Claramente, no son pensamientos cómodos para las personas de conciencia flexible (algo que se lleva mucho en estos tiempos, por cierto).
Para rematar, es obvio que tenían un concepto clarísimo de que este mundo necesitaba y necesita justicia, compasión y esperanza. Y escribieron eso llamado "Bienaventuranzas", como una cálida mano en el hombro de los hombres y las mujeres bondadosas, como pare decirles: "¡ánimo, vas por el buen camino!"
Ahora, señores míos, olvídense de Dios, Jesús, el Papa de Roma y aquellos curas que le amargaron la infancia y primera adolescencia, y coja ese Libro escrito por Dios (aunque no exista) sabe quién. Léalo sin prejuicios, como lo haría con una novela de moda. Igual saca alguna enseñanza de unas páginas que, reitero, no por ser anónimas pierden su condición de fuente inagotable de amor, sabiduría y esperanza en que las cosas, algún día, serán de otro modo.
He conocido a algunos ateos que era unos perfectos cristianos, y también he conocido a personas que afirmaban creer en Dios, aunque actuaban como si estuvieran del otro bando.
1 comentario:
Me ha encantado encontrar esta reflexión. Totalmente de acuerdo. Aunque creo en Dios, opino que a los no creyentes les vendría muy bien conocer la Biblia, por la inmensa utilidad que obtendrían. Me he permitido recoger esta reflexión en BíblicaMente.org. Este sitio pretende promocionar el interés por la Biblia entre personas que no creen en Dios.
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