¿Quién se inventará los chistes? Porque alguien será, digo yo.
Pues yo digo que son gente admirable, pues no se me ocurre mayor ejemplo de modestia, generosidad y desinterés que aquel que crea una exquisitez del humor, se la cuenta a dos colegas en el bar y, una semana después, observa cómo lo cuentan por televisión para regocijo de toda España. Y él no ve, ni reclama, un duro, (que es como se llamaban los euros de solteros).
Deberían aprender algunos de estos anónimos chistosos del pueblo llano. Deberían aprender que la creación verdadera es un regalo que se ofrece a los demás y un refugio que se busca para uno mismo.
Que no (debería) haber mayor recompensa para un artista que componer la banda sonora con que una pareja que se enamora (aunque sea grabada de la radio), o redactar el poema que ayuda a conjurar la maldición de la pena (¡da igual que esté fotocopiado!).
Y, lo demás, son ganas de pagarse la hipoteca.
Desde "Rey de Reyes" a "La Vida de Brian", pasando por "Jesucristo Super Star", y Lucas, Mateo, Marcos y Juan, sin ver ni un talento ni un sestercio.
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