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martes, 26 de febrero de 2008

No soy tonto, aunque me lo hagas parecer. (Ensalada de interrogación retórica en su jugo).

¿Por qué siempre que estoy esperando al ascensor, de repente, un desconocido se presenta y da al botón de llamada? ¿Qué se figura que hago allí? ¿Da por supuesto que desconozco cómo funciona un ascensor? ¿O cree que es como peticiones del oyente, que, cuanto más pulsas, más rápido baja? (Lo mismo es aplicable a esos semáforos de "peatón pulse").

¿Por qué tantas veces me dan la solución más obvia cuando pido ayuda con un problema? ¿Por qué están convencidos de que ignoro que hay que intentar reiniciar antes de quejarse de que Windows no va, o cambiar la pila antes de anunciar la defunción del mando? ¿Realmente creen que soy tan obtuso?

¿Por qué me explican las películas? ¿No se dan cuenta de que me he dado cuenta de que la chica se está dando cuenta? ¿Por qué me aclaran los detalles más obvios de la trama o me hacen aclaraciones de primaria? ("Es que él no puede comer cerdo porque es judio").

En resumen, ¿por qué algunos se creen tan listos y me suponen tan tonto?

No falla, todo el que llega al semáforo, pulsa el botoncito. Aunque ya haya diez tíos allí plantados esperando.

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