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martes, 20 de noviembre de 2007

Ley de Jackson de la trascendencia de calificaciones.

Dice así: "La importancia que un padre, madre o tutor legal da a una calificación escolar es inversamente proporcional a la utilidad práctica que la asignatura calificada tendrá en la vida futura del alumno".

Así, un padre que ha sido capaz de convertirse en empresario de éxito diciendo "fuistes" y sin distinguir un adjetivo de un adverbio, riñe a su hija por el suspenso en lengua justo antes de salir pitando al gimnasio donde libra desigual batalla con el asentamiento de lípidos de su abdomen. No ha tenido tiempo de fijarse en el notable en Educación Física.

Una madre feliz, realizada y moderna, que no sabe dónde nace el Miño o dónde desemboca el Jucar, le echa la bronca a su hija por catear Geografía, pero no repara en el bonito trabajo de Tecnología. Es la misma madre que tantas veces había comentado a sus amigas, entre risotadas y Fortunas, que los hombres sólo valían para colgar cuadros y lo único, y, a menudo, ni para lo único.

Por no hablar de todos aquellos señoras y señores esclavos de la calculadora que le montan el pollo a Pedrito por suspender Matemáticas. No obstante, con la cabeza gacha, Pedrito sonríe y recuerda su ignorado Sobresaliente en Religión. Sus papas se han gastado una millonada en profesionales de esto y de aquello, y todavía se pasan las horas suspirando y diciendo: "Esta vida no tiene sentido".

Y, ¿qué pasa con el inglés? Es la excepción de toda regla. Quizá la asignatura más práctica y a la que los padres dan más importancia. Fíjese usted si les preocupa, que no se arriesgan a dejarla en manos de la escuela y recurren a academias, británicos o estudiante norteamericanos a domicilio. Por si acaso.

Viajes de idiomas: mientras los papas están convencidos de que su niña está zambullida en la inmersión lingüística, Clarita se ha fumado la clase (entre otras cosas) y está en la playa con los de Talavera o jurándose amor eterno con un muchacho de Nápoles al pie de una estatua de Sir Winston Churchill.

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